Como parte de la estrategia de seguridad coordinada por el gobernador Alfonso Durazo, autoridades federales y militares aseguraron 400 kilos de cocaína ocultos en un tractocamión en Caborca, Sonora, y detuvieron a una persona, evitando que la droga llegara a su destino en Tijuana
Lo que se sabe hasta ahora del asesinato de Alberto Prieto en Zapopan
La balacera del 29 de diciembre en Santa Eduwiges, Zapopan, dejó tres muertos, entre ellos el comerciante Alberto Prieto Valencia. La Fiscalía de Jalisco confirmó la participación de más de 30 sicarios y abrió líneas de investigación que apuntan al crimen organizado y posibles vínculos con rifas colombianas y préstamos “gota a gota”
Como parte de la estrategia de seguridad coordinada por el gobernador Alfonso Durazo, autoridades federales y militares aseguraron 400 kilos de cocaína ocultos en un tractocamión en Caborca, Sonora, y detuvieron a una persona, evitando que la droga llegara a su destino en Tijuana
EMEEQUIS.– La tarde del 29 de diciembre, la colonia Santa Eduwiges se convirtió en un campo de batalla. Las ráfagas de armas largas retumbaron entre Zapopan y Guadalajara, dejando tras de sí un comerciante abatido, escoltas caídos y un vecindario marcado por el miedo. La Fiscalía de Jalisco confirmó que más de 30 sicarios participaron en el ataque contra Alberto Prieto Valencia, conocido como “El Prieto” o “Don Beto”.
LA ESCENA DEL CRIMEN
El vehículo en el que viajaba Prieto no estaba blindado. A su alrededor, siete escoltas —algunos militares retirados— intentaron repeler la emboscada. Dos camionetas quedaron abandonadas en el sitio, otras dos fueron halladas en calles cercanas. Tres portaban placas de Michoacán y una más circulaba sin registro. El mensaje era claro: el ataque no fue improvisado.
LA REUNIÓN DE SEGURIDAD
Horas después, en la Quinta Región Militar, se reunió la Mesa de Seguridad del Estado. Tres niveles de gobierno sobre la mesa, mapas desplegados y videos del C5 reproducidos una y otra vez. La conclusión preliminar: crimen organizado. La Fiscalía abrió nuevas líneas de investigación, mientras el gabinete estatal ordenó operativos diarios y reforzó la vigilancia con Ejército, Guardia Nacional y policías locales.
EL HOMBRE DETRÁS DEL NOMBRE
Alberto Prieto Valencia no era un desconocido. Comerciante de semillas y cereales en el Mercado de Abastos de Guadalajara, dueño de bodegas y fundador de Transportes Odal, su figura se movía entre el negocio legítimo y las sospechas. “Somos una empresa joven con la meta de actualizar constantemente nuestras unidades”, decía la descripción oficial de su compañía.
INTRIGAS EN EL MERCADO
Las primeras indagatorias apuntan a un entorno turbio: rifas colombianas y préstamos “gota a gota”, prácticas ilegales que han infiltrado el comercio local. Prieto habría resistido, denunciado o tenido desacuerdos con quienes operan estos esquemas. La hipótesis de un ajuste de cuentas se fortalece, aunque el móvil aún espera confirmación.
EL RASTRO DE LA VIOLENCIA
Las imágenes difundidas en redes sociales muestran el estruendo de la balacera que duró varios minutos. Vecinos escondidos, autos perforados y un eco que todavía resuena. La Fiscalía analiza cada indicio, cada huella, cada disparo. El caso de “El Prieto” se convierte en un espejo de la violencia que atraviesa Jalisco: organizada, calculada y con un trasfondo económico que mezcla comercio, extorsión y poder.
@emeequis
