El 28 de diciembre, el descarrilamiento del Tren Interoceánico convirtió un viaje en pesadilla. Entre fierros retorcidos y gritos de auxilio, los pasajeros clamaban por rescate aéreo mientras militares intentaban salvar vidas. En medio del caos, la pequeña Elena Solorsa Cruz, de seis años, perdió la vida: su primer viaje en tren se transformó en tragedia. La comunidad de San Pedro Comitancillo la despidió con lágrimas y silencio, mientras la indignación crece por un proyecto que ya arrastraba antecedentes de fallas y accidentes
Gritos de auxilio y luto: Elena, la pequeña que no volvió del Tren Interoceánico
El 28 de diciembre, el descarrilamiento del Tren Interoceánico convirtió un viaje en pesadilla. Entre fierros retorcidos y gritos de auxilio, los pasajeros clamaban por rescate aéreo mientras militares intentaban salvar vidas. En medio del caos, la pequeña Elena Solorsa Cruz, de seis años, perdió la vida: su primer viaje en tren se transformó en tragedia. La comunidad de San Pedro Comitancillo la despidió con lágrimas y silencio, mientras la indignación crece por un proyecto que ya arrastraba antecedentes de fallas y accidentes
El 28 de diciembre, el descarrilamiento del Tren Interoceánico convirtió un viaje en pesadilla. Entre fierros retorcidos y gritos de auxilio, los pasajeros clamaban por rescate aéreo mientras militares intentaban salvar vidas. En medio del caos, la pequeña Elena Solorsa Cruz, de seis años, perdió la vida: su primer viaje en tren se transformó en tragedia. La comunidad de San Pedro Comitancillo la despidió con lágrimas y silencio, mientras la indignación crece por un proyecto que ya arrastraba antecedentes de fallas y accidentes
El sepelio de Elena, la más pequeña de las 13 víctimas, el rescate de heridos y una hija que busca ver con vida a su madre. (Videos exclusivos de Fuerza Informativa Azteca @AztecaNoticias)
EMEEQUIS.– “¡Échale ánimo mamá, échale ganas, tu mamá ya está descansando¡ ¡Ánimo pa’ todo, tamos haciendo todo lo que podamos¡”, grita un joven en medio del vagón del Tren Interoceánico volcado, mientras los lamentos y quejidos se escuchan a lo lejos y una mujer mueve sus manos con desesperación en busca de rescatar algo de vida de su ser querido.
Son las imágenes de la tragedia del domingo 28 de diciembre pasado, exclusivas de Fuerza Informativa Azteca, en la que se revive la desesperación que los 241 pasajeros del Tren Interoceánico vivían, tras descarrilar en Oaxaca. El saldo, 13 y 98 heridos.
El panorama es caótico, la cámara muestra a personas entre fierros retorcidos y casi de cabeza, mientras militares intentan hacer labor de salvamento. Los quejidos se multiplican y una mujer de blusa verde aparece tirada, aparentemente atrapada tras el colapso de una de las obras insignia de Andrés Manuel López Obrador.
“¡HELICÓPTERO, RESCATE AÉREO¡”, LA SÚPLICA
Otro video fuera de los vagones descarrilados exhibe desolación. “¡Helicóptero, rescate aéreo¡”, grita uno de los hombres, en tanto que otro, aparentemente voluntario local, habla con su pareja y le dice: “Hola mi amor, estamos en el arroyo ayudando a la gente, vamos hacer una labor social, rescatando a los heridos a ver qué podemos hacer, pase lo que pase estoy contigo, te amo y te quiero mucho.”
A lo lejos, otra persona de playera naranja grita, “¡necesitamos valoradores ya, necesitamos valoradores ya, necesitamos resucitadores de pacientes ya… Vamos a sacarlos!”.
Son imágenes vivas de la tragedia, de un “evento”, como lo llamó la Secretaría de Marina en un principio, desastroso para familias enteras.
Elena Solorsa Cruz tenía apenas seis años y un deseo sencillo: viajar en tren por primera vez. Para ella, ese recorrido era una aventura, un recuerdo que guardaría como un tesoro. Pero el 28 de diciembre, ese sueño se convirtió en pesadilla. El descarrilamiento del Tren Interoceánico en Oaxaca apagó su vida y dejó un saldo de 13 personas fallecidas, entre ellas la víctima más joven de la tragedia.
EL PUEBLO QUE NO ENCUENTRA CONSUELO
San Pedro Comitancillo, en el Istmo de Tehuantepec, se vistió de luto este 30 de diciembre. Vecinos y familiares aún no logran asimilar lo ocurrido. “Todavía no aceptamos el incidente y menos que una niña que tenía la ilusión de viajar en un tren terminara de esta manera”, confesó con voz quebrada Bernardo Núñez Jiménez, habitante del pueblo. El dolor se siente en cada calle, en cada casa, en cada mirada.
UNA FAMILIA ENTRE EL DUELO Y LA INCERTIDUMBRE
Elena no viajaba sola. La acompañaban su tía, su abuela, su hermana y dos primos. Todos resultaron lesionados; algunos siguen hospitalizados. Su hermana logró salir con vida y ya fue dada de alta, pero la familia enfrenta ahora un doble peso: la pérdida irreparable y la incertidumbre por la salud de los sobrevivientes.
LA ESCUELA SIN SU “ÁNGEL”
En la primaria donde cursaba el primer año, la ausencia de Elena es un vacío imposible de llenar. Su maestra, Amisadait Santiago Rasgado, la recordó como una niña brillante y solidaria: “Era el ángel de su hogar y el ángel de aquí, de la escuela. Ya leía, ya empezaba a escribir, me ayudaba en todo. Ella era mi niña”, dijo entre lágrimas.
EL PUEBLO QUE ACOMPAÑÓ SU ÚLTIMO VIAJE
Cientos de habitantes se reunieron en la iglesia de San Pedro Mártir para despedirla. Flores, veladoras y oraciones llenaron el templo. El cortejo fúnebre recorrió las calles en silencio, con abrazos y lágrimas que acompañaron a sus padres hasta la última morada de Elena. Fue un adiós marcado por la solidaridad y el dolor compartido.
UNA TRAGEDIA ANUNCIADA
El accidente del Tren Interoceánico no solo dejó víctimas, también expuso las fallas de seguridad de un megaproyecto que ya acumula incidentes, al igual que el Tren Maya. No era el primer accidente: la obra arrastra antecedentes de fallas técnicas y percances que habían sido minimizados. La falta de planeación, el uso de materiales de bajo costo y la sombra de la corrupción se convierten en responsables silenciosos de una tragedia que pudo evitarse.
@emeequis
