Valentina Gilabert estuvo al borde de la muerte tras recibir 14 puñaladas en un acto de brutalidad motivado por celos. Contra todo pronóstico, su espíritu inquebrantable y el amor de quienes la rodean la mantuvieron en pie. Hoy, su historia no es solo la de una víctima, sino la de una sobreviviente que lucha por sanar, física y emocionalmente. Su renacer es un testimonio de fortaleza, esperanza y el poder de la vida
Cayó, pero no se rindió: La historia de resiliencia de Valentina Gilabert
Valentina Gilabert estuvo al borde de la muerte tras recibir 14 puñaladas en un acto de brutalidad motivado por celos. Contra todo pronóstico, su espíritu inquebrantable y el amor de quienes la rodean la mantuvieron en pie. Hoy, su historia no es solo la de una víctima, sino la de una sobreviviente que lucha por sanar, física y emocionalmente. Su renacer es un testimonio de fortaleza, esperanza y el poder de la vida
Valentina Gilabert estuvo al borde de la muerte tras recibir 14 puñaladas en un acto de brutalidad motivado por celos. Contra todo pronóstico, su espíritu inquebrantable y el amor de quienes la rodean la mantuvieron en pie. Hoy, su historia no es solo la de una víctima, sino la de una sobreviviente que lucha por sanar, física y emocionalmente. Su renacer es un testimonio de fortaleza, esperanza y el poder de la vida
EMEEQUIS.– Valentina Gilabert salió de casa el 5 de febrero, pero no esperaba que su vida se rompiera en pedazos. En un acto de violencia brutal, Marianne ‘N’ la atacó con un arma blanca, dejándole 14 puñaladas en el cuerpo. La joven quedó tendida, desangrándose, mientras su agresora desaparecía en la noche.
Las sirenas de la ambulancia rasgaron el silencio y la llevaron de urgencia al hospital. Los médicos luchaban contra el tiempo para salvarla, su familia apenas podía respirar entre la angustia y la incertidumbre. “Estuvimos a nada de perderla”, dirían después con la voz entrecortada.
DÍAS DE ANGUSTIA Y ESPERANZA
Las primeras horas fueron críticas. Valentina llegó a terapia intensiva con su cuerpo destrozado, al borde del colapso. La incertidumbre era total. “El 80% de los pacientes que llegan a urgencias en este estado de gravedad no sobrevive. Dicho por los médicos. Tuvo suerte de ser joven con buena salud”, explicó su familia.
Mientras Valentina luchaba por su vida, afuera, el país seguía cada actualización sobre su estado. Su caso generó indignación. Marianne ‘N’, una influencer, fue señalada como la principal sospechosa, presuntamente motivada por celos. La violencia con la que actuó dejó claro que el ataque no fue impulsivo, sino un acto de odio premeditado.
En cada gota de sangre donada, en cada oración, en cada mensaje de apoyo, se tejió la red de solidaridad que la sostuvo. Fueron 13 días de batalla, de pequeñas mejorías y recaídas. Pero Valentina se aferró a la vida.
Y lo logró. “Valentina es un milagro. No hay otra palabra”, escribieron sus familiares.
EL REGRESO A CASA: UNA NUEVA BATALLA POR DELANTE
El 18 de febrero, contra todo pronóstico, el hospital dejó de ser su hogar. Valentina volvió a respirar el aire de la calle, a sentir el sol sobre su piel. Aún con el cuerpo marcado por la violencia, con heridas que tardarán en sanar, cruzó la puerta que, días atrás, parecía inalcanzable.
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“Gracias a quienes estuvieron al pendiente de mí y de mi salud, a los doctores que me ayudaron a salir adelante y a todas las personas que donaron sangre”, escribió con gratitud. “Me siento mejor y confiada de que todo va a salir bien”.
Pero su familia advierte: “Aunque por fuera se vea ‘bien’, tiene que sanar por dentro física y emocionalmente. Le falta mucha rehabilitación y terapias. Aquí no acaba la lucha”.
Valentina ha ganado una batalla, pero su guerra aún no termina. Su historia es la de una superviviente, una joven que desafió el destino con valentía. Hoy, su nombre ya no es solo el de una víctima, sino el de una mujer que, contra todo, sigue en pie.
@emeequis