Colectivo Eureka presiona a Sheinbaum con huelga de hambre por desaparecidos

EMEEQUIS.-Son adultos mayores en la plancha del Zócalo, pese a que su salud se ve comprometida, han prometido estar en huelga de hambre hasta que Sheinbaum los reciba 

 En la plancha del Zócalo capitalino, mientras la presidenta Claudia Sheinbaum encabezaba su conferencia matutina y el gobierno afinaba un evento de entrega de apoyos para adultos mayores de 60 años, un grupo de hombres y mujeres de edad avanzada instaló una huelga de hambre con un reclamo histórico: justicia por los desaparecidos políticos de las décadas de 1960 y 1970.

La huelga de hambre apenas comienza, pero sus protagonistas —que ya rebasan los 60, 70 y hasta los 80 años— aseguran que permanecerán en el Zócalo “hasta que la presidenta nos reciba y dé respuesta”.

El colectivo Eureka, fundado por doña Rosario Ibarra en 1977, reunió al menos a cinco representantes que superan los 60 años. Algunos, como Florentino Jaime Hernández, cargan con casi nueve décadas de vida y con más de medio siglo de espera. 

Pese a la edad y las enfermedades Florentino decidió ir a plantarse a la afueras de Palacio Nacional para solicitar que Sheinbaum los reciba, se mantendrá en huelga de hambre, como sus compañeras aunque esto, para todos los integrantes, ponga en riesgo su salud.  

“Nosotros desde 1969 estamos luchando por saber dónde están nuestros compañeros, hermanos y amigos. En mi caso, mi compañero de lucha Epifanio Ávila Rojas fue entregado por el Ejército y lo vimos por última vez cuando lo subieron a un avión rumbo al Campo Militar Número 1. Tenía 33 años. Hoy yo tengo 89 y sigo preguntando lo mismo: ¿dónde está?”, relató Florentino, al arrancar el primer día de ayuno.

47 AÑOS DE LA PRIMERA HUELGA DE EUREKA

A su lado, Laura Elena Gaitán Saldívar, de 68 años, recordó que este 28 de agosto marca 47 años de la primera huelga de hambre que realizaron las “doñas” de Eureka frente a Catedral. Su hermano, Óscar Javier Gaitán Saldívar, fue visto con vida en 1974 en el mismo Campo Militar Número 1, “sumamente torturado”. Ella misma estuvo desaparecida tres meses y su hermano Armando, nueve.

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“Somos testimonios vivientes de la desaparición forzada. Pedimos a la presidenta, que cuando tenía 15 años apoyó aquella huelga de hambre, que hoy nos escuche directamente. La paciencia se agota, pero la esperanza no muere”, expresó.

Otra voz presente fue la de Claudia Piedra Ibarra, hermana de Jesús Piedra Ibarra, desaparecido en Monterrey en 1975 y acusado de pertenecer a la Liga Comunista 23 de Septiembre. Su familia, pionera en la conformación del comité Eureka, lleva 47 años agrupada en la exigencia. “No pedimos discursos, pedimos investigación. Queremos saber dónde están, qué pasó con ellos. El rastro se perdió cuando los detuvieron y nunca se nos ha dicho nada”, señaló.

También se sumó Guillemina Cruz Santiago, de 61 años, en representación de su madre de 95, quien durante toda su vida buscó a su hija y su yerno, detenidos por la Brigada Blanca en la Ciudad de México. “Se los llevaron de casa. Vivos los queremos y vivos se los llevaron. Le pedimos a la presidenta que como mujer y madre nos escuche”, reclamó.

El plantón del colectivo se ubica  “entre Palacio Nacional y el Zócalo”, un espacio donde, mientras el gobierno de la CDMX presume continuamente apoyos sociales y del otro lado, en Palacio Nacional, la mandataria federal responde preguntas de la prensa, un grupo de personas mayores de edad recuerda que la herida de los desaparecidos políticos sigue abierta.

Con más de cinco décadas de lucha, los integrantes de Eureka no ocultan la paradoja: “No se puede hablar de democracia mientras siga abierta esta herida social”, dijo Florentino.

@Marrome259