México todavía está en shock por el crematorio de Jalisco cuando surge otro punto de exterminio humano en Tamaulipas.
Cuesta arriba: ‘Lord cacahuates’, líder en negociación frente a gestión Trump
"Lord Cacahuates" al rescate... ¿o no? Roberto Velasco, el hombre clave de la política exterior mexicana, no logró acercar a Sheinbaum con Trump y enfrenta presiones crecientes desde Washington. Mientras el gobierno presume un “triunfo” con el mes de gracia antes de los aranceles, la realidad es otra: la era trumpista viene con todo y México no tiene un equipo negociador sólido
México todavía está en shock por el crematorio de Jalisco cuando surge otro punto de exterminio humano en Tamaulipas.
Roberto Velasco (derecha), ‘Lord Cacahuates’.
EMEEQUIS.– Resulta que Roberto Velasco Álvarez, titular de la Unidad para América del Norte de la cancillería mexicana, es el arma secreta de la política exterior del segundo piso cuatroteísta.
Implacable con cacahuates, chocolates y pasteles, todos los cuales ha consumido compulsivamente frente a las cámaras y frente a sus colegas mexicanos y estadounidenses en reuniones bilaterales, Velasco Álvarez ya lidió en el pasado en mesas de negociación con trumpistas.
Fue precisamente en 2019 cuando Velasco ―surgido en las frondas de Marcelo Ebrard, entonces canciller y ahora secretario de Economía― se ganó en redes digitales el mote de “Lord cacahuates”, por la botana que se despachó en plena reunión con congresistas estadounidenses en Washington, encabezados por la lideresa de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi.
Velasco es el responsable formal de la política mexicana ante Estados Unidos, y estrategas de la negociación con la segunda administración de Donald Trump. Hasta donde sabemos, ya hay negociadores del gobierno mexicano en Washington y se coordinan directamente con este célebre funcionario, si bien los resultados son de pronóstico reservado, pues la cúpula trumpista ha dejado sentir que la presión sobre el gobierno de Claudia Sheinbaum será permanente e in crescendo.
Quienes saben del tema, indican que las cosas no le han resultado a Velasco, y esto comenzó desde noviembre, porque no logró ―o no buscó, dicen otros― una reunión de Sheinbaum con el republicano cuando este se convirtió en presidente electo.
Luego, en diciembre, Velasco buscó comunicación con el subsecretario de Estado de Trump, Christopher Landau, para buscar por fin el encuentro. Pero la respuesta fue que no había espacio en la agenda hasta finales de enero. El exsecretario de Relaciones Exteriores mexicano, Jorge G. Castañeda, ha comentado también esta versión, precisando que la fecha que dieron a la gente de Sheinbaum fue para después de la toma de posesión de Trump.
Vino después el tema de los aranceles de 25% a productos mexicanos, y el mes de gracia concedido por Trump, que la gestión Sheinbaum vendió como un triunfo. Pero nada más lejano, según diplomáticos en retiro.
Pues aunque Velasco tiene el acompañamiento del titular de Economía, Marcelo Ebrard, este no tiene el mejor prestigio ante un Trump que presumió haberlo “doblado” con gran facilidad. Adicionalmente, la mejor carta del propio Ebrard para encarar al gobierno estadounidense es su subsecretario de Comercio Exterior, Luis Rosendo Gutiérrez, itamita y egresado de la Escuela Económica de Londres.
Gutiérrez hace mancuerna con Roberto Velasco, pero eso tampoco es una buena noticia. Porque viene de ser subsecretario con Mario Delgado, titular de Finanzas durante la jefatura de gobierno de Marcelo Ebrard en el Distrito Federal.
De modo que, ahora que el Departamento de Estado ha puesto la mira en las presuntas relaciones delictivas de Morena, no puede ser buena noticia: Delgado está en el vértice de muchas de las redes non sanctas que se presumen, siendo, como fue, presidente de dicho partido.
Por eso la pregunta entre la diplomacia de carrera es, ¿en serio estos personajes son la mejor opción para enfrentar el reto? Tampoco se podía esperar mucho del titular de Relaciones Exteriores, Juan Ramón de la Fuente, si tiene como subsecretarias a las dos exembajadoras que expulsaron de Bolivia y Ecuador durante el gobierno de AMLO.
EL NACIMIENTO DE “LORD CACAHUATES”
Roberto Velasco Álvarez tiene 38 años. Apareció en la vida pública como dirigente juvenil de Convergencia ―nombre anterior de Movimiento Ciudadano― en la Ciudad de México. Estudió finanzas en la Universidad de Chicago, donde dirigió la revista de esa carrera. En su currículum luce su colaboración como agregado en la oficina del alcalde de Chicago, Rahm Emmanuel, posterior jefe de gabinete de Barack Obama. Aunque no parece haber tenido lo que se dice un aprendizaje completo de la etiqueta política.
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Luego, Velasco gravitó en posiciones del gobierno del entonces Distrito Federal hasta que el grupo obradorista llegó al poder. El primer año de la gestión federal morenista fue jefe de Comunicación Social de la cancillería.
Pero cobró celebridad en junio de 2019, luego de que el buen hombre se recetara su “colación” de cacahuates y chocolates en pleno discurso de Nancy Pelosi, líder demócrata en la Asamblea de Representantes en Washington, durante una de las discusiones sobre el Tratado de Libre Comercio de México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).
La congresista demócrata continuaba hablando y, cada uno de sus énfasis, cada cambio de entonación, parecía coincidir con uno, dos, tres acometidas que los dedos de Velasco Álvarez daba a los cacahuates, extendidos estos sobre una servilleta de papel en la caoba pulimentada de la mesa en que se resolvía el futuro de la economía bilateral.
Las redes lo hicieron pedazos, especialmente en los memes, esas imágenes o videos que caricaturizan un hecho o un personaje públicos: le añadieron salsa botanera, un plato de tacos, refresco, caguamas…
Lo que el público digital criticaba era la ausencia de cortesía de parte de Roberto Velasco para cumplir con las exigencias protocolarias de la diplomacia, y externaba una especie de vergüenza por esa falta de decoro.
Velasco respondió en Twitter o X:
“Aprecio todos sus comentarios y memes sobre la famosa colación (y chocolates, que no salieron en la foto), que generosamente nos ofreció la Sra. Pelosi en medio de un intenso día de trabajo. Buenas puntadas. En lo sustantivo: buen ánimo para alcanzar acuerdos. Mañana seguimos”.
Un mes después, en la visita de Andrés Manuel López Obrador a Washington, Velasco reapareció en la Casa Blanca, ahora comiendo pastel, a lado de una hilarante Tatiana Clouthier, entonces secretaria de Economía, y anunciada por Claudia Sheinbaum como responsable de Mexicanos en el Extranjero para su administración, nombramiento que ha sido postergado ad infinitum.
POLÍTICA PARA AMÉRICA DEL NORTE, CONFINADA A CUBÍCULO
Contra todo pronóstico, Roberto Velasco recibió reconocimiento de sus pares por sus expresiones de desdén a la etiqueta protocolaria de la diplomacia. Hasta su jefe, el secretario Ebrard, en una conferencia de prensa le celebró la zafiedad, y luego lo puso de encargado de despacho de lo que era la Subsecretaría para América del Norte, que ocupaba hasta entonces Jesús Seade.
Así que Velasco ocupó dicha subsecretaría de diciembre de 2020 hasta junio de 2021. Fue entonces cuando desapareció, en una de las rabietas de AMLO ante la política de Trump. Velasco regresó entonces a la titularidad de la Unidad.
En el Manual de Organización de la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) que en mayo de 2024 publicó la entonces canciller, Alicia Bárcena, se explica:
“Es menester destacar que siguiendo las directrices de Austeridad Republicana (…) se canceló una Subsecretaría, cuyas funciones fueron asumidas por la Jefatura de Unidad para América del Norte”.
Fue así como, la política dirigida a los principales socios comerciales de México quedó confinada a esa unidad conducida por Velasco Álvarez, misma que trascendió el sexenio de AMLO.
Ahora, por ley, Velasco tiene la responsabilidad de diseñar, proponer y conducir la estrategia del equipo negociador mexicano en las reuniones con representantes del gobierno de Donald Trump. Y no tiene lo que se dice un equipazo.
@emeequis