"No es justo que, por la acción de ‘seudo servidores públicos’, se manche la reputación del instituto", afirma la comisionada del INAI sobre el escándalo de la Femexfut.
'El Mayo': una sonrisa inesperada y la amenaza de la pena de muerte
Ismael ‘El Mayo’ Zambada, líder del Cártel de Sinaloa, compareció por primera vez ante el juez Brian Cogan en Nueva York. Escoltado y con un aspecto desmejorado, escuchó los cargos en su contra, entre ellos tráfico de fentanilo. La Fiscalía considerará la pena de muerte
"No es justo que, por la acción de ‘seudo servidores públicos’, se manche la reputación del instituto", afirma la comisionada del INAI sobre el escándalo de la Femexfut.
EMEEQUIS.– El ambiente en la sala del tribunal estaba cargado de tensión. A las 9:00 horas, la puerta se abrió y, cojeando ligeramente, Ismael ‘El Mayo’ Zambada hizo su entrada.
Cuatro agentes lo escoltaban, vigilándolo en cada movimiento, sin perderlo de vista ni un segundo. Vestía el uniforme caqui de la prisión, su cabello largo y la barba desaliñada y canosa le conferían un aspecto de alguien que ha visto pasar los años.
Aunque su cuerpo reflejaba el desgaste del encierro, en su rostro se dibujaba una sonrisa, casi inusual para alguien en su posición, como si la sorpresa y la aturdida serenidad convivieran en él.
Zambada, cofundador del Cártel de Sinaloa, se enfrentaba al juez Brian Cogan en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, la misma figura que años atrás había dictado sentencias demoledoras para Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán y Genaro García Luna.
La historia parecía repetirse, aunque esta vez, con un protagonista diferente. La Fiscalía de Estados Unidos anunció la posibilidad de solicitar la pena de muerte para el narcotraficante, lo que agregaba aún más dramatismo a la escena.
El narcotraficante ingresó a la sala 10-A sur, donde por primera vez se encontró cara a cara con el juez Cogan. La atmósfera estaba cargada de formalidad, pero también de una expectación silenciosa.
A su lado, su abogado Frank A. Pérez lo acompañaba mientras la Fiscalía presentaba las pruebas: grabaciones, registros y evidencias de interceptaciones, detalles que fueron revelados con frialdad quirúrgica, como señaló el periodista Ángel Hernández.
El juez Cogan no se dirigió directamente a Zambada en ningún momento, pero su intervención fue precisa y cortante. Cuestionó a los fiscales sobre si considerarían la pena de muerte debido a la gravedad de los cargos.
La respuesta fue inmediata: lo analizarían. Un manto de incertidumbre se cernía sobre el destino del capo, cuyo caso fue declarado como “complejo” por el juez, augurando un proceso largo y lleno de aristas.
La audiencia, que apenas duró poco más de diez minutos, estableció la siguiente cita para el 15 de enero de 2025, lo que dejó en suspenso el destino de Zambada García.
La acusación de tráfico de fentanilo, el opioide que ha desatado una crisis de sobredosis en Estados Unidos, pesaba sobre él como una espada de Damocles. La Fiscalía recordó cómo fue detenido el 25 de julio en El Paso, Texas, y la diferencia crucial: no fue extraditado bajo acuerdo con México, lo que complicaba aún más su situación.
Zambada, aunque no hizo uso de la palabra, estuvo atento a cada detalle, siempre con su intérprete a su lado. Hizo anotaciones, reflexionó en silencio y escuchó cada intervención.
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En un momento casi anecdótico, rompió su silencio solo para preguntar si debía levantarse cuando su defensa se presentó ante el juez. “Siéntese”, le respondió su abogado.
La audiencia había sido reprogramada varias veces antes de finalmente realizarse. Los rumores y las tensiones se acumulaban alrededor de la figura de ‘El Mayo’, que no solo tenía que enfrentar las pruebas en su contra, sino también el legado de una vida dedicada al narcotráfico.
@emeequis