Ovidio ya no está en la cárcel, sin embargo, eso no significa que esté libre: las opciones en que podría estar.
“Sufrimos acoso laboral por no renunciar”: N8s de alcaldía Cuajimalpa
Empleados de Nómina 8 en la Alcaldía Cuajimalpa denuncian despidos injustificados, acoso laboral y suspensión de salarios bajo la administración del panista Carlos Orvañanos Rea. Los trabajadores, sin base ni protección sindical, señalan hostigamiento sistemático, incluyendo ofensas con tintes de violencia de género, tras negarse a renunciar. Aunque la alcaldía niega los hechos, el Gobierno de la CDMX intervino y ordenó su reinstalación
Ovidio ya no está en la cárcel, sin embargo, eso no significa que esté libre: las opciones en que podría estar.
EMEEQUIS.― Empleados de la categoría Nómina 8 de la Alcaldía Cuajimalpa denuncian despidos injustificados, tratos injustos, supresión de horas extras, suspensión de salarios, y una condición general de hostilidad y tensión, por parte de la administración del panista Carlos Orvañanos Rea.
De acuerdo con testimonios compartidos por los afectados en entrevistas con EMEEQUIS, la actual circunstancia de asedio que padecen derivó de una serie de despidos contra esa categoría de trabajadores no basificados, quienes tenían muchos años en espera de la regularización de su estatus laboral.
“Pero la administración de Orvañanos llegó con la idea de meter a su gente”, dice uno de los afectados. Otro, señala: “Nosotros somos institucionales, hemos trabajado con la gente del PRD y del PRI, incluso con Orvañanos (en su primera gestión), pero nunca nos habían tratado de esta manera”.
La administración de Orvañanos Rea llegó en octubre, y en diciembre, según el relato de los denunciantes, entre 30 y 45 empleados fueron puestos “en disponibilidad”, o fueron “amablemente invitados a presentar su renuncia”.
A quienes se negaron, los hostilizaron: los mandos burocráticos de Orvañanos ordenaron que sacaran las pertenencias de los rebeldes de oficinas y escritorios, les negaron el acceso a su habitual lugar de trabajo o a sus terminales de cómputo, les retaron a llamar a su sindicato.
Según los empleados, fue un oficio del gobierno capitalino el que conjuró los despidos y salvó las plazas laborales, y fueron reinstalados. Vino entonces lo peor, tratos indignos por parte de los directivos; no sólo modos despectivos sino, incluso, descalificaciones que se acercan mucho a la violencia de género. Relata uno de los empleados que uno de los principales funcionarios de Orvañanos sugirió a una de las burócratas que esta debía su puesto a su aspecto físico: “Y no en voz baja, sino que lo gritó como acostumbra para que todos conozcan su poder”.
Consultada por EMEEQUIS, la alcaldía Cuajimalpa lo niega todo. Originalmente, la entidad pública condicionó su respuesta a la especificación de las áreas donde se hallaban los despidos y denuncias, “para ver caso por caso”, e incluso cuando el redactor de este reporte estableció que no revelaría sus fuentes, el personal de la institución insistió en saber al menos las direcciones de área, si no los casos.
Admitió entonces la alcaldía cuatro bajas, “pero por renuncia” no por despidos. Negó la intervención del gobierno de Clara Brugada para que el personal despedido fuera reinstalado. Y negó también que “se violen los derechos laborales de cualquiera de los trabajadores”. Sobre todo, pidió pruebas.
Pero una de las voces insiste, y resume: “Ahora estamos viviendo acoso laboral por no haber renunciado cuando ellos querían”.
Los testimonios son anónimos, debido al temor de los empleados de que el deteriorado ambiente laboral se vuelva más tóxico. Se omitirán las áreas y direcciones. Pero cada testimonio cuenta con respaldo grabado.
EL REGRESO
En octubre de 2024, Carlos Orvañanos regresó a la Alcaldía de Cuajimalpa para gobernar esa demarcación en segunda oportunidad. De 2009 a 2012 había sido jefe delegacional, cuando el Partido Acción Nacional (PAN), se hallaba en la cúspide de su dominio electoral y político en el país. Tenía entonces sólo 29 años.
Dos sexenios después regresa, obtiene el triunfo en un ambiente distinto, bajo el dominio electoral aún más férreo y extendido del obradorismo. Aún así gana, pero, dice uno de los entrevistados: “Parece que viniera más verde (inmaduro) que la primera vez”.
No habían pasado tres meses, cuando, en diciembre, su administración emprende una serie de despidos injustificados entre “Personal de Estabilidad Laboral (Nómina 8)”, una categoría laboral que agrupa a 42 mil 718 trabajadores de entidades públicas de la capital del país, que carecen de base y de “dígito sindical”.
No obstante, la legislación los protege: después de seis meses no pueden ser despedidos salvo por faltas graves o por abandono de trabajo.
La purga de N/8s en Cuajimalpa comenzó, según la denuncia de los entrevistados, contra un grupo de 30 a 40 empleados. A la postre, la medida chocaría con la administración de Clara Brugada, como se verá.
UNA N/8 TESTARUDA
La llamaremos Elena. Empleada N/8 de la Alcaldía Cuajimalpa, salió vacaciones navideñas en 2024, pero al llegar la semana laboral inicial de enero, incluso antes de que concluyera su periodo legal de asueto.
Volvió porque se enteró de que su escritorio estaba siendo vaciado por órdenes de su jefe de área. Sus compañeros de trabajo le enviaron fotografías con sus efectos personales en cajas. Lo mismo estaba ocurriendo en otras oficinas del gobierno de la demarcación.
De modo que Elena se dio prisa en regresar. Cuando volvió, su jefe le reclamó que había tomado días de descanso adicionales que no le correspondían y se ocuparía de que le descontaran el pago correspondiente a esos días. También sugirió que ella estaba implicada en la desaparición de implementos de cómputo. “Estaba muy agresivo”.
Finalmente se calmó. Aparentemente, había quedado zanjado el problema, pero al cierre de febrero, como ocurrió a otros empleados de la alcaldía, Elena no recibió su quincena, lo que le resultó muy extraño, “porque siempre cae puntual un día antes”. Le preocupaba porque debe ocuparse del sustento de su familia.
Preguntó, y encontró, al menos de momento, a otro trabajador que tampoco había recibido su pago quincenal. Acudió a Capital Humano, antes Recursos Humanos. Durante esa tarde, días y semanas posteriores, se mantuvo acudiendo a esa oficina para averiguar la razón de que no se efectuara su pago, pero no fue recibida.
Mientras tanto, se encontraba sin ingresos. Pero siguió acudiendo a laborar. Ya en la etapa de cuaresma, su jefe le dijo que no podría ayudarla: “Lo que tengas que hacer arréglalo por fuera, aquí ya no puedes estar”.
Días después, Capital Humano le comunicó, verbalmente, que la alcaldía había prescindido de sus servicios. Como no se le había notificado de manera formal, por escrito, siguió acudiendo a su centro laboral.
Pero al igual que otros de sus compañeros en otras áreas, fue desplazada de su habitual zona de trabajo, le negaron acceso a escritorios y equipos, de modo que se mantenía en las zonas comunes del inmueble. Hasta que gente de la estructura del alcalde comenzó a señalarla por “entrar sin permiso a las oficinas”.
Es cuando, por consejo de su abogado, dejó de asistir. Se movieron enviando oficios de denuncia ante la Contraloría Central, el gobierno de la Ciudad de México e incluso Presidencia de la República.
PATRICIA
A Patricia primero la “invitaron” a que presentara su renuncia. Le indicaron que su perfil no era compatible con el nuevo equipo de su área. Que era lo mejor para todos que se fuera voluntariamente.
Como hiciera caso omiso, necesitada como estaba de preservar el empleo, en marzo le comunicaron también de manera verbal, en Capital Humano, que sus servicios ya no eran requeridos. Las mismas palabras.
Incluso, como a dos casos más que dice conoce, le pidieron que su renuncia fuera retroactiva a enero.
Cita otro caso, en el que la retroactividad se la pedían hasta principios de diciembre previo.
También tenía suspendidos los pagos: “A ella también le dijeron que no había sitio para ella en el equipo. Y eso que primero le elogiaban su trabajo”.
EL CASO DE “FERMÍN”
Tiene base, pero cometió el error de solidarizarse de distintas formas con las y los empleados despedidos de categoría N/8. Comenzó a recibir el mismo trato que les dan a ellos.
Con décadas de servicio en la estructura burocrática de Cuajimalpa, se queja: “Nosotros somos institucionales, hemos trabajado con la gente del PRD y del PRI, incluso con Orvañanos (en su primera gestión), pero nunca nos habían tratado de esta manera”.
Lamenta: “Llevo décadas trabajando aquí, y nunca había tenido una situación como esta… Me ha causado ya muchos problemas incluso de salud. En mi vida laboral jamás había tenido problemas, he sido una persona dedicada y responsable. Y ahora, llega alguien que jamás ha trabajado en la administración pública (su jefe inmediato), y de la nada se pone a gritarnos, y de la nada habla con Recursos Humanos para ensuciarnos”.
Abunda: “Es bien triste porque en lugar de llegar a sumar, llegaron a deshacer los proyectos que se tenían en puerta; en lugar de llegar a trabajar con cordialidad, pudiendo trabajar bien, de verdad que llegaron de la peor manera, o sea no sé qué traigan en la cabeza, la verdad”.
Señala a otro mandón burocrático en su jefe, que incluso le reta a que traiga su sindicato: “Jamás dejó de gritar, de alzar la voz, de hablar con groserías, mientras reclamaba”.
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UN ALCALDE RELAJADO
A pesar de la situación de tensión entre los trabajadores de la Alcaldía Cuajimalpa, el titular, Carlos Orvañanos, se presenta “en buen plan”, ante los empleados despedidos que se atrevieron a pedir su apoyo, refiere uno de los afectados: “Me dijo, no, no te preocupes, se va a solucionar, ¿tuviste algún problema con tu jefe? Yo estoy en la mejor disposición. No, no te preocupes. A ver fulano, ayúdale a la compañera, vamos a investigar quién dio la orden de que te retuvieran tu pago. Pasaron los días, me atiende otro personaje cercano a él, y lo mismo; ‘ay, no te preocupes, yo te voy a apoyar, ya traen el tema’”. Así me trajeron como unos quince días.
En las distintas áreas continuaba el acoso. Hasta que en abril, el gobierno capitalino comenzó a indagar lo que estaba ocurriendo con los empleados de categoría N/8.
EL REGRESO DE ELENA Y EL MANOTAZO DE BRUGADA
De acuerdo con los testimonios, entre marzo y abril, y debido a las quejas de distintos trabajadores despedidos, el gobierno de la ciudad indagó lo que estaba ocurriendo en Cuajimalpa, y además giró “un oficio o comunicado”, a las distintas alcaldías, en el que anunciaba la pronta basificación de los N/8s.
Cuenta Elena que “el gobierno de la Ciudad de México les envió un oficio diciendo que pues nos tienen que reinstalar, y a ellos (la alcaldía), les empiezan a preguntar qué por qué nos despidieron, entonces ellos contestan que fue una baja errónea no y que se nos iba a depositar la nómina”.
Detalla: “Para ese entonces, a mí ya me debían 5 quincenas. El gobierno les dice que nos tienen que reinstalar, y obviamente después nos hablaron de capital humano: ‘Ya checamos tu situación, se te va a reinstalar no te preocupes con tu misma antigüedad no va a haber represalias’”.
El 15 de mayo siguiente, la Jefa de Gobierno, Clara Brugada Molina, anunció en un evento efectuado en el Teatro Esperanza Iris que su administración va a basificar a los 24 mil trabajadores de Nómina 8, para mayor precisión, que en 2025 se avanzará con los primeros 14 mil, que representan más de la mitad del total.
No obstante, el jefe de Elena le reiteró, cuando fue reinstalada: “Pues yo no te quiero aquí”. Y ahora, dice Elena, “sufrimos acoso laboral por no renunciar, ahora hasta nos gritan y nos hablan con groserías”.
ALCALDÍA PIDE PRUEBAS
La dirección de Comunicación Social de la Alcaldía Cuajimalpa presentó postura sobre los hechos. Admitió 4 bajas, pero explicó que no fueron despidos, sino bajas voluntarias.
Negó el resto de los despidos y por tanto las reinstalaciones. No admite tampoco la existencia de ningún oficio del Gobierno de Clara Brugada sobre los trabajador de Nómina 8.
De igual forma, rechaza que el sindicato haya hecho propuestas de despidos.
“Recursos Humanos refiere que no ha habido ningún despido, ha habido renuncias por voluntad propia. No tenemos registrado ningún despido de Nómina 8.
Sobre las denuncias de los afectados, postula: “Estas personas que están haciendo estas denuncias, que están en la total libertad de hacerlas, pueden presentar las pruebas de lo que refieren, y en caso de recibir un mal trato, pueden presentarlas para que se pueda actuar en consecuencia.
La instrucción de nuestro alcalde es un trato digno para todas las personas, tanto de ciudadanos como de trabajadores. Esta administración no ha violentado los derechos laborales de ningún trabajador. La base de esta administración es un gobierno humano y cercano”.
Sobre un caso prestado en el área de Comunicación, Nora Horta, titular de la misma, expuso:
“Hay un caso de una renuncia de una persona que cobraba pero no laboraba, a veces trabajaba, no se presentaba. Él me dijo que en la administración pasada habían hecho este acuerdo (…), pero yo no podía sostener su clave. Entonces yo le pedí la renuncia… No, no le pedí la renuncia, le dije que había que iniciar un procedimiento para el despido. Y él dijo: no hay problema. yo presento mi renuncia”.
@estedavid