Existe la posibilidad de manifestaciones contra ciudadanos e intereses estadounidenses en el extranjero, advierte el Departamento de Estado. México ha evacuado a 175 personas que se encontraban en Irán, Israel, Jordania, Egipto y Azerbaiyán.
Tras horadar bases nucleares de Irán vuelven los bombarderos B-2
“Los pilotos del GRAN B-2 acaban de aterrizar sanos y salvos en Missouri. ¡Gracias por el excelente trabajo! ¡DONALD J. TRUMP, PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS!”.
Existe la posibilidad de manifestaciones contra ciudadanos e intereses estadounidenses en el extranjero, advierte el Departamento de Estado. México ha evacuado a 175 personas que se encontraban en Irán, Israel, Jordania, Egipto y Azerbaiyán.
El viaje de ida y vuelta a Missouri les tomó 40 horas.
EMEEQUIS.– Donald Trump festejó el regreso a Estados Unidos de los bombarderos B-2, que destruyeron las bases nucleares de Irán. A través de su red social Truth Social, el mandatario compartió el siguiente mensaje:
“Los pilotos del GRAN B-2 acaban de aterrizar sanos y salvos en Missouri. ¡Gracias por el excelente trabajo! ¡DONALD J. TRUMP, PRESIDENTE DE ESTADOS UNIDOS!”.
Posteriormente compartió un video en el que se ve a los aviones aterrizar en suelo estadounidense y una captura de una de sus publicaciones: “Se dice que los daños a las instalaciones nucleares de Irán son monumentales. Los impactos fueron contundentes y precisos. Nuestro ejército demostró gran habilidad. ¡Gracias!”.
La Casa Blanca también compartió videos del regreso.
El día de ayer, Estados Unidos llevó a cabo un ataque aéreo de gran escala contra tres instalaciones nucleares en Irán: Natanz, Fordow e Isfahán. Aunque el presidente Donald Trump parecía dudar públicamente sobre una ofensiva, los preparativos militares estaban en marcha.
Siete bombarderos furtivos B-2 Spirit despegaron desde Missouri con 14 bombas rompebúnker GBU-57 cada uno, capaces de penetrar más de 60 metros de concreto. Los aviones, que salieron después de un grupo señuelo se dirigió al lado contrario, en el Océano Pacífico, completaron un viaje de 18 horas sin ser detectados, gracias a reabastecimientos en vuelo y una planeación secreta.
Además del ataque aéreo, más de dos docenas de misiles Tomahawk fueron lanzados desde buques y submarinos en el Golfo de Omán contra Isfahán. El Pentágono informó que no hubo respuesta defensiva iraní ni detección por radares, lo que refleja la precisión y el sigilo de la operación. Según el general Dan Caine y el secretario de Defensa Peter Hegseth, se emplearon 75 armas guiadas de precisión, en una acción que se preparó durante semanas y cuyo objetivo era únicamente dañar el programa nuclear iraní, sin atacar a tropas ni civiles.
Tras la operación, Trump celebró el ataque como un “gran éxito” y lanzó duras advertencias a Teherán. Afirmó que no busca un cambio de régimen, pero advirtió que cualquier represalia iraní será respondida con una fuerza “mucho mayor”. En redes sociales, calificó a Irán como “el bully de Medio Oriente” y exigió que busque la paz, amenazando con una tragedia mayor si no lo hace. El ataque marca un punto crítico en las tensiones entre ambos países y reaviva la amenaza de una escalada militar en la región.
En un análisis realizado por la cadena CNN se puede observar la destrucción causada por los aviones estadounidenses. “Tienes esas entradas de túnel de las que hablé, que apoyan al edificio de soporte, y esta montaña cubre las centrífugas. Las centrífugas son la parte clave para que ellos puedan, en esencia, enriquecer el uranio al nivel que necesitan. Así que cuando ves cómo se veía esto antes del 20 de junio, esto es lo que parecía la instalación de enriquecimiento de combustible vista desde el satélite”, explica Cedric Leighton, coronel retirado de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos.
“Puedes ver que esas entradas de túnel han sido dañadas más allá de toda reparación. Aquí, en el edificio de soporte, parece haber daño por humo. Y cuando miras aquí, ves estas cosas justo en esta área, aquí mismo. Estos son agujeros de penetración, justo donde impactaron las bombas”.
“La idea era alcanzar las centrífugas, y hacerlo con múltiples bombas para que pudieran penetrar lo suficientemente profundo como para eliminar cualquier posibilidad de que pudieran seguir enriqueciendo uranio”, agrega.
En fotografías difundidas por medios de noticias estadounidenses se puede observar el antes y después de las exposiciones. Aparentemente, no se ven grandes cambios en la composición del terreno, pero esto es por el tipo de bomba que se utilizó: las GBU-57, diseñadas para horadar hasta 60 metros de concreto. Están diseñadas para taladrar antes de explotar, en este caso, sobre dos de las tres centrales nucleares de Irán: Natanz y Fordow, esta última se presumía que estaba oculta en una montaña a 80 metros de profundidad.
La bomba antibúnker GBU-57 de 30,000 libras, lanzada desde 30 km de altura por un bombardero B-2, utiliza su peso, diseño aerodinámico y aceleración gravitacional para alcanzar velocidad supersónica y perforar hasta 60 metros de concreto con pura energía cinética. Su estructura de aleación de acero con níquel y cromo le permite resistir el impacto sin destruirse, mientras sus aletas ajustables y sistemas de guía GPS aseguran una precisión de hasta 1.2 metros.
No explota al contacto: una espoleta retardada o de múltiples fases permite que penetre profundamente antes de detonar, y aun si no llega al objetivo, su explosión —diez veces más potente que la de cualquier otra bomba convencional de EE. UU.— puede devastar todo en un radio de 600 metros.
B-2 furtivos partieron de la Base Aérea Whiteman en Missouri rumbo a Irán con 14 bombas antibúnker de 14 toneladas cada una sin ser detectados, mientras otro grupo de aviones despegaba rumbo al Océano Pacífico como señuelo. Según informes gubernamentales, fue un viaje de 40 horas desde su despegue hasta su retorno a la base en Estados Unidos.
@emeequis