Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
La ironía de “El Mayo”: el cielo no es bueno, decía; lo capturaron en un avión
Cuando se entrevistó con el periodista Julio Scherer, le dijo que si lo agarraran quizás tendría los arrestos para matarse, pero no ocurrió así este jueves; lo detuvieron junto con su ahijado Joaquín Guzmán López, hijo de “El Chapo”, que alguna vez juró matar a “El Vicentillo” Zambada en venganza por la muerte de su hijo Édgar Guzmán
Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
EMEEQUIS. “La tierra siempre es buena, el cielo no”, dijo Ismael “El Mayo” Zambada al director de Proceso Julio Scherer en una entrevista en 2010, cuando todavía gozaba de la distinción de ser el líder del narcotráfico más buscado sin ser detenido en toda su vida.
Y parece que tenía razón: en un avión se escribió el fin de ese mito del hombre incapturable. Subió a uno, él dice que engañado, que obligado, y fue a parar a Santa Teresa, Nuevo México, donde fue detenido junto con su ahijado Joaquín Guzmán López, hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, su compadre y socio en el Cártel de Sinaloa.
La referencia a la bondad de la tierra, y la maldad del cielo era en realidad una referencia a que no siempre llueve, lo decía porque vivía entre cerros dedicado, según él, a la agricultura y la ganadería, mientras hacía también buenos negocios en Estados Unidos.
Ahí también le dijo a don Julio que había sentido la presencia del Ejército al menos cuatro veces, pero “El Chapo” más.
–Si lo agarraran, ¿terminaría con su vida?, le preguntó Scherer.
–No sé si tuviera los arrestos para matarme. Quiero pensar que sí, que me mataría.
Pero aunque con muchas dudas sobre si en este caso habría podido hacerlo. Mermado de salud como se encuentra, ¿engañado de qué forma el hombre que burló todos los cercos?, cómo hubiera sido posible matarse.
–Es conocida su amistad con el Chapo Guzmán y no podría llamar la atención que usted lo esperara fuera de la cárcel de Puente Grande el día de la evasión. ¿Podría contarme de qué manera vivió esa historia?, preguntó Scherer.
–El Chapo Guzmán y yo somos amigos, compadres y nos hablamos por teléfono con frecuencia. Pero esa historia no existió. Es una mentira más que me cuelgan. Como la invención de que yo planeaba un atentado contra el presidente de la República. No se me ocurriría.
CÓMO SE HIZO SOCIO DE EL CHAPO
Ante la presión del gobierno de Estados Unidos por el asesinato del agente de la DEA Enrique “Kiki” Camarena, las autoridades mexicanas detuvieron primero a los principales operadores de Rafael Caro Quintero y Ernesto Fonseca, y en 1989, a Félix Gallardo.
Este evento marcó el fin del modelo del cártel único en el país. El gobierno mexicano reveló que desde prisión, el narcotraficante de Culiacán había organizado una reunión con sus socios más cercanos, asignándoles territorios específicos de México donde operar.
En “El cártel de Sinaloa: Una historia del uso político del narco” de Diego Enrique Osorno, Félix Gallardo admitió que la reunión ocurrió, pero aclaró que fue convocada y los territorios asignados por Guillermo González Calderoni, el jefe de la policía antinarcóticos al inicio de la administración del presidente Carlos Salinas de Gortari.
En esta repartición, Tijuana, Baja California, fue asignada a la Familia Arellano Félix; Tecate, Baja California, a Joaquín “El Chapo” Guzmán; San Luis Río Colorado, Sonora, a Luis Héctor Palma, “El Güero”; Nogales y Hermosillo, Sonora, a Emilio Quintero Payán; Ciudad Juárez, Chihuahua, a la Familia Carrillo Fuentes, y Sinaloa a Ismael “El Mayo” Zambada García. Así, el Cártel de Sinaloa se dividió en varias células organizadas por plazas.
Los años 90 trajeron cambios significativos. Las políticas de libre comercio y las actitudes neoliberales y ultracapitalistas influyeron en el narcotráfico. La primera célula en separarse y formar su propio cártel fue la de Tijuana.
Proclamando autonomía en su territorio, los Arellano Félix comenzaron a cobrar cuotas a los traficantes que quisieran usar la ciudad fronteriza con California. Dos de los afectados por esta decisión fueron “El Mayo” y “El Chapo”.
Zambada García tenía extensos campos de marihuana y amapola en Sinaloa, mientras que Guzmán Loera operaba en la cercana ciudad fronteriza de Tecate. “El Chapo” ya era conocido por su innovación en el tráfico de drogas, creando túneles subterráneos que cruzaban de México a Estados Unidos.
Ambos líderes formaron una alianza con la familia Carrillo Fuentes, que se había quedado a cargo de Ciudad Juárez.
LA VEZ QUE “EL CHAPO” ORDENÓ MATAR A “EL MAYO”
En una entrevista con la periodista Anabel Hernández, Dámaso López Serrano, conocido como El Mini Lic, reveló detalles sobre los trágicos eventos del 8 de mayo de 2008. En ese entonces, su padre, Dámaso López Núñez, alias El Licenciado, era la mano derecha de El Chapo Guzmán, y ambos estaban presentes cuando se enteraron de la muerte del hijo de “El Chapo”.
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El Mini Lic afirmó que Vicente Zambada Niebla, hijo de “El Mayo”, fue quien autorizó el ataque, aunque todo se debió a un malentendido. Sicarios del Cártel de Sinaloa informaron a Vicente que miembros del grupo de Arturo Beltrán Leyva se reunirían en un centro comercial. Esa noche, Édgar Guzmán López salió sin escoltas y sin sus radios de comunicación, por lo que cuando preguntaron si había alguien de la organización en el lugar, todos dijeron que no. Fue entonces cuando Vicente dio la orden de disparar.
Según López Serrano, la noticia sumió a “El Chapo” en una profunda pena. Al enterarse de que el hijo de su socio había autorizado el ataque, ordenó eliminar todo lo relacionado con la familia Zambada.
“Le dijo a mi papá: ‘Todo lo que tenga que ver con mi compadre Mayo, ¡mátenlo!, que saquen todo: casas, oficinas, ¡todo!’”, reveló López Serrano. Sin embargo, El Licenciado logró calmar a El Chapo y evitar una ruptura total con Ismael Zambada García.
Entre gritos y con una botella de whisky en la mano, Joaquín Guzmán Loera lloró la muerte de su hijo. El Mini Lic recuerda este episodio como especialmente doloroso, ya que Édgar Guzmán López era uno de sus mejores amigos.
En su ira, “El Chapo” detonó armas de fuego, golpeó el suelo y juró vengar la muerte de su hijo. No obstante, El Licenciado logró tranquilizarlo, recordándole la importancia de actuar con la cabeza fría.
“Mi papá le dijo: ‘Usted siempre me ha dicho que hay que pensar con la cabeza fría. Édgar era como un hijo para mí, me duele, estoy con usted, pero le aconsejo pensar antes de actuar’”, relató López Serrano.
Al día siguiente, Dámaso López Núñez y El Chapo volvieron a hablar y decidieron no atacar a la familia Zambada en ese momento. Sin embargo, El Chapo prometió que algún día vengaría la muerte de su hijo.
El plan era asesinar a Vicente Zambada Niebla, tanto por la muerte de Édgar Guzmán López como por haber proporcionado información a las autoridades estadounidenses sobre Joaquín Guzmán Loera. Hasta la fecha, esa venganza sigue pendiente.
@emeequis