Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
Nicolás Maduro, el atraco desde el poder
Maduro busca ganar la elección y mejorar su imagen, pero la crisis por supuestas irregularidades ha provocado protestas y muertos en Venezuela. Colombia y Brasil piden transparencia en los resultados. La oposición denuncia fraude, mientras Maduro acusa a sus adversarios de conspiración
Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
EMEEQUIS. – Uno de los propósitos de Nicolás Maduro, además de ganar la elección, era aumentar o por lo menos no disminuir apoyos internacionales y cambiar las percepciones negativas sobre el régimen venezolano.
Es probable que ninguna de las dos premisas se haya cumplido, ya que hay serias dudas sobre los resultados oficiales y los señalamientos sobre irregularidades han alcanzado a diversos países, al grado que los gobiernos de Colombia y Brasil estén solicitando la publicación de todas las actas de escrutinio.
Gustavo Petro y Luiz Inácio Lula da Silva son voces importantes en la región, porque en teoría tienen algunas coincidencias, no muchas por lo demás, con los chavistas.
En México se está optando por una posición ambigua, que respalda la solicitud de clarificación de resultados, pero que al mismo tiempo alienta la idea de que hay injerencia extranjera y que la OEA no cuenta con las credenciales para ser factor de arreglo en la crisis política.
Pero en Venezuela ya estalló la crisis, al menos 12 personas han muerto y mil han sido detenidas, en el contexto de las protestas ciudadanas que se desataron ante los resultados.
Maduro está recurriendo al fantasma del golpe de Estado para desatar una persecución sobre la disidencia que podría llegar al arresto de Edmundo González y de María Corina Machado. Las calles son patrulladas por el Ejército y los grupos de presión chavistas están movilizados.
Todos los signos indican que el presidente venezolano no está dispuesto a dejar el poder y que en esa lógica escalará el conflicto para tratar de legitimar la represión contra los que describe como golpistas.
Lo que hay, sin embargo, es una rebelión de los ciudadanos ante lo que consideran un atraco. Más allá de posiciones, los une la esperanza de derrotar a un grupo político que lleva dos décadas en el poder.
El centro del problema es que el Consejo Nacional Electoral (CNE) anunció el triunfo de Maduro con el 80% de las actas, argumentado que la diferencia entre candidatos era ya irreversible, con un porcentaje de 51.2% para quien pretende reelegirse y un 44.2% para González, el candidato opositor y quien es respaldado por Machado, a quien se le impidió contender.
Para los opositores esto es una mentira e inclusive ya hicieron públicos los datos que ellos tienen y que arrojan que González alcanzó un 67% de los sufragios y Maduro un 30%.
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Esto solo puede resolverse cuando la autoridad muestre el 100% de las actas, las que en realidad son recibos electrónicos de las máquinas donde los venezolanos votan.
Es un procedimiento bastante seguro, en el que se utilizan redes encriptadas, que aíslan a las máquinas de cualquier comunicación externa y de internet, en el que no se puede trastocar la voluntad de los electores, de ahí que sea extraño que ahora sea el CNE y el propio Maduro quienes denuncien que hubo un ataque al sistema electrónico desatado desde Macedonia y en el que estarían involucrados, adivinó usted, quienes son sus adversarios.
El CNE todavía tiene pendientes la realización de tres auditorías, en telecomunicaciones, datos electrónicos y verificación ciudadana, pero por el momento están suspendidas.
La trampa no está en las urnas electrónicas, sino en los intentos de Maduro para perpetuarse. Por eso se resiste a la entrega de las actas y por eso acudió al Tribunal Supremo, que está a su servicio, para que inicie una indagatoria que puede complicar, aún más, el esclarecimiento de los resultados.
La campaña resultó sucia e imperaron noticias falsas en contra de González, sobre todo tratando de generar dudas sobre su salud y capacidades.
El comportamiento del régimen chavista da pistas de que el retorno a la normalidad democrática estará cargado de obstáculos y bajo premisas que requerirán de otro tipo de análisis, advirtiendo que los fraudes ya no son en las urnas sino constituyendo una red de apoyos institucionales y legales que nulifican a los opositores.
@jandradej