“Será urgente en el momento que te deje de latir el corazón”, mencionan activistas que contestaron los soldados ante la petición de medicina por parte de la mexicana Arlin Medrano.
Nuevo muelle de Cozumel: doblegan a Semarnat con arrecife ‘hechizo’
La supuesta campaña “ecologista” contra el nuevo muelle en Cozumel podría derivar en repercusiones económicas. ¿Por qué dio marcha atrás Semarnat?
“Será urgente en el momento que te deje de latir el corazón”, mencionan activistas que contestaron los soldados ante la petición de medicina por parte de la mexicana Arlin Medrano.
Sand Dollar Sports, el negocio acusado de irregularidades que montó un arrecife hechizo y es señalado por parar la obra del nuevo muelle de Cozumel.
EMEEQUIS.― La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) dio un volantazo respecto de la autorización del nuevo muelle de cruceros en Cozumel, una obra que Andrés Manuel López Obrador incluyó entre sus “proyectos estratégicos” y que en ese momento fue aplaudido por la clase política local, alineada a la 4T, la misma que ahora ha construido un movimiento para cancelar el proyecto, cuando ya se hallaba en construcción.
La evidente inversión de recursos en esa campaña “ecologista” contra el nuevo muelle, instaló en la atmósfera pública de Cozumel una repulsión hacia el turismo de cruceros. El problema es el alto potencial de repercusiones económicas de ese rechazo: de acuerdo con la Secretaría de Turismo federal (Sectur), Cozumel registró 685 arribos y 2.4 millones de pasajeros de enero a julio de este año.
Hasta representantes de sectores beneficiados de la afluencia turística, como dirigentes hoteleros, pidieron a Semarnat que “se revoque” la Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) que después de la evaluación respectiva, la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) concedió en 2021 a la empresa desarrolladora, Muelles del Caribe.
Nadie esperaba, desde luego, que Alicia Bárcena, titular de dicha dependencia, accediera al capricho de un grupo político que ahora, de cara a las elecciones de 2027, enarbola “la verdad pública” de que los cruceros son el vivo demonio.
Y aunque no “revocó” la MIA ―algo que por lo demás entraría en problemas jurídicos―, Bárcena dio entrada a “la impugnación de vecinas de la isla”. El pasado 19 de junio, declaró una “revisión del resolutivo en materia de impacto ambiental” al proyecto.
La MIA sigue vigente, así como el resto de permisos de proyecto: Cambio de uso de suelos, de ornato a general, DGZF-1040/18; de la Dirección General adjunta Oceanografía, Hidrografía y Meteorología (Oficio N. 1248DP-091/2021) de la Secretaría de Marina (Semar); opinión favorable sobre la rentabilidad económica del proyecto “Muelle de Cozumel, Terminal de Cruceros” de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), con vigencia al 11 de diciembre de 2026, oficios SRA/DGIRA/DG-04712-24 y N. 400.1.410.20.369; y la MIA, aprobada el 7 de diciembre de 2021 según oficio (N.SGPA/DGIRA/DG-05859-21) de la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental, Semarnat, condicionada a 19 programas como medidas de mitigación y compensación, autorizados con los oficios #SRA7DGIRA/DG-05269-22 con fecha 5 octubre 2022 y #SRA/DGIRA/DG-00267-24 con fecha 19 Enero 2024.
Pero la decisión de aceptar la“impugnación” prendió alarmas en el sector portuario, debido al precedente de incertidumbre jurídica que establece la suspensión, y a la creciente repulsión hacia el turismo de cruceros.
Ante ello, este fin de semana circuló entre la cúpula empresarial del estado de Quintana Roo un Informe Magenta, al que tuvo acceso EMEEQUIS, que buscó el origen del movimiento, identificaron activistas políticos involucrados, y dieron con un extraño personaje, el estdounidense John Flynn, dueño del establecimiento Sand Dollar Sports, quien habría iniciado el movimiento con una puntada: la defensa de un arrecife hechizo.
Aunque parecía una broma, terminó siendo bandera política del PVEM. O quizá por eso mismo. El jueves 14 de diciembre la presidenta nacional de ese partido, Karen Castrejón Trujillo, y el dirigente verde en Quintana Roo, diputado Renán Sánchez Tajonar, dieron una conferencia de prensa en la que celebraron como triunfo propio la suspensión del nuevo muelle, y reconocieron “el impulso que le dio al tema la presidenta Claudia Sheinbaum”.
En realidad, Sheinbaum sólo respondió una pregunta, el 7 de mayo, más con desconcierto que con información: “Es un proyecto, pero todo proyecto debe tener su Manifestación de Impacto Ambiental, todavía no hay una autorización en forma, es un proyecto”.
ARRECIFE HECHIZO Y TOURS ECOLÓGICOS DE 49 DÓLARES
De hecho, uno de los grandes ganadores del bloqueo al nuevo muelle de Cozumel es Sand Dollar Sports, propiedad del estadounidense John Flynn. Desde hace cuatro décadas opera en la playa Villablanca, donde se proyecta el muelle, y ahí mismo, su empresa montó un supuesto “arrecife artificial”, usando esa misma denominación.
Para la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA), Villablanca no es un arrecife natural ni es área protegida, tampoco aparece en ningún registro oficial público o privado, como reporta el Informe Magenta.
Se trata de un conjunto de corroídas estructuras metálicas colocadas por la propia empresa Sand Dollar Sports y por una organización “ecologista” que financia públicamente.
Ese “arrecife” sirve de plataforma para vender experiencias de “restauración coralina” que van de los 49 a los 250 dólares, con certificados emitidos por una organización sin reconocimiento oficial, el Cozumel Coral Reef Restoration Program (CCRRP).
Sand Dollar Sports opera sin MIA, sin registro como asociación civil y sin permisos de SEMARNAT para manipular especies protegidas. Aún así, el Informe Magenta asegura que la compañía está detrás de las campañas contra el muelle, “bajo la bandera de que los cruceros quitan la playa a los cozumeleños”.
Pero de hecho, “Flynn y su empresa ya han privatizado el acceso con un bar-restaurante (Sunset Bar) y un pie de playa recreativo con más de 20 embarcaciones de recreo, un gran negocio sin permisos” pero con la complacencia de autoridades, ayuntamiento incluido.
La comercialización de tours y el “programa de restauración” de corales es realizada a través de “Cozumel Coral Reef Restoration Program” (https://www.ccrrp.mx/), mismo que se desconoce la razón fiscal, como lo corroboró la autoridad. Sus páginas se refieren a una persona de nombre German Mendez como responsable. La empresa recibe donaciones, aunque no se tiene conocimiento de que esté registrada como donataria.
Sand Dollar Sports tiene denuncias ambientales, que refieren que no cuenta con permisos para esa actividad, no cuenta con MIA. En la zona sólo haya una MIA autorizada para “Sendero para buceo ecoturístico y rehabilitación del sitio conocido como playa villa blanca en Cozumel, Quintan Roo, mediante la utilización de arrecifes artificiales reef ball” (Oficios 04/SGA/0562/09, de la Manifestación e Impacto Ambiental 23QR2008TD059) que no refiere en específico a la manipulación de corales, sino únicamente a la instalación de estructuras geodésicas
Hechos denunciados: “Presunta comercialización en medios digitales, eventos públicos y establecimientos comerciales, de especies enlistadas en la NOM-059, pues se ha detectado la oferta y movilización de especies de fauna marina (posiblemente coralina o derivada de ecosistemas arrecifales) incluidas en la NOM-059-SEMARNAT-2010; No se ha acreditado la existencia de autorizaciones CITES ni permisos de aprovechamiento sustentable; Ejecución de actividades técnico-científicas sobre corales sin MIA: acciones como fragmentación, trasplante, cultivo ex situ e instalación de estructuras en arrecifes para manipulación de corales. Todo lo anterior se realiza sin constancia de evaluación ambiental ni autorización por parte de SEMARNAT, lo cual constituye una violación grave al procedimiento ambiental”.
GRILLA VS. INVERSIONES
Muelles del Caribe había puesto sobre la mesa 2,000 millones de pesos para construir la Terminal de Cruceros Cozumel, con capacidad para recibir a los mega cruceros del futuro, pero tuvo que declarar una suspensión, acosado por el discurso de odio de los ambientalistas locales.
El plan no solo prometía 350 empleos directos y miles de indirectos, sino que formaba parte de los 20 proyectos estratégicos anunciados en 2021 por el presidente Andrés Manuel López Obrador para reactivar la economía tras la pandemia.
Concesión portuaria, MIA, permiso de Zona Federal Marítimo Terrestre, autorizaciones de la Secretaría de Marina, SEMARNAT y Gobernación… todo en regla.
Pero entonces comenzó una campaña orquestada por ambientalistas militantes, empresarios de playa y políticos locales que encontraron un enemigo común: el muelle.
El resultado fue la suspensión temporal del proyecto, un mensaje en letras mayúsculas a inversionistas nacionales y extranjeros: en Quintana Roo, cumplir la ley no garantiza que tu obra avance. Lo más grave, que una dependencia federal que efectúa evaluaciones con criterios científicos y jurídicos antes de dar luz verde a un proyecto, pueda volver sobre sus pasos en una autorización si hay presión política local suficiente.
Muelles del Caribe Terminal Cozumel, de hecho, ganó un juicio de fondo a los “ecologistas” en juzgados federales de Quintana Roo, y en un Tribunal Colegiado de Veracruz, que no pudieron demostrar su interés jurídico por una parte y por otra no lograron acreditar la existencia de un “arrecife artificial”.
No obstante, en junio pasado cuando la empresa se disponía a iniciar las obras, el movimiento político señalado, acompañado de una gran maquinaria política-ambientalista que incluyó marchas, mítines y cientos de mentiras a la prensa, paró el proyecto. Lo más paradójico es que también incluyó el interés inusitado del gobierno de Quintana Roo por el medioambiente, pero un interés selectivo.
AMBIGÜEDAD
En medio del conflicto, la gobernadora Mara Lezama ha guardado silencio. Ni defensa de los ingresos y del empleo turísticos, ni el ambientalismo selectivo. Dejó el tema en manos de actores como el senador Gino Segura, el presidente municipal de Cozumel; José Luis Chacón, y el diputado local Renán Sánchez Tajonar, quienes capitalizan la narrativa de “defensores del pueblo”.
Chacón llegó a declarar que el muelle “no es viable”, a pesar de que su ayuntamiento carece de competencia en la materia.
Tajonar, líder del Partido Verde en Quintana Roo, aseguró que la obra no tenía permisos, una afirmación desmentida por los propios expedientes federales. No obstante, la reiteración de esa versión es parte de parte de la estrategia para capitalizar electoralmente el conflicto prefabricado.
Los políticos saben que en 2027 hay elecciones y buscan la simpatía de los ecologistas militantes y de muchos habitantes de Quintana Roo que han cedido a la exposición a la propaganda xenofóbica contra el turismo de cruceros.
Pues lo que empezó como una discusión sobre impacto ambiental se transformó en un alegato contra el turismo extranjero. Voces como la del influencer Arturo Islas, expresentador de televisión, han reforzado la idea de que los cruceros son una “invasión” que desplaza a los locales, mezclando advertencias ecológicas con un nacionalismo económico que ve a los visitantes como depredadores.
Este discurso ha calado lo suficiente como para que, en julio de 2025, el colectivo Selvame del Tren —conocido por oponerse a tramos del Tren Maya— presentara un amparo contra el proyecto, logrando que PROFEPA programara una inspección a la zona marítima del arrecife chatarra, aunque rechazó revisar la MIA ya aprobada.
AMBIENTALISMO S.A. DE CV. E INCERTIDUMBRE JURÍDICA
El caso de Cozumel refleja un patrón que se repite en otras partes de México: empresas y colectivos que usan causas ambientales como fachada para obtener beneficios económicos y políticos.
Desde las liberaciones de tortugas cobradas en Nayarit hasta las restricciones laborales impuestas en nombre de la protección de delfines en Quintana Roo, el ecologismo distorsionado se ha vuelto rentable.
En la isla, el modelo es claro: apropiarse de un espacio público, inventar una narrativa de conservación, capitalizar apoyo mediático y usarlo para frenar a la competencia.
El daño más grave no es la pérdida temporal de un proyecto, sino la erosión de la certeza jurídica. Sin reglas claras y gobiernos que respeten sus propios fallos oficiales, más allá de coyunturas electorales, el capital se irá a donde sí haya seguridad para invertir.
CONTRADICCIÓN HUNDE COMPETITIVIDAD
En Villablanca hay tres proyectos de muelle: uno de SSA Marine, otro de la API Quintana ROO y el de Muelles del Caribe. Solo este último fue vetado con el argumento del arrecife, aunque los otros dos proyectos ya se han contaminado de la narrativa de odio.
Justamente la propagación de la repulsión al turismo de cruceros con ese ingrediente de odio, es otra de las alarmas que prende el caso. De acuerdo con el Informe Magenta, “la asimilación del odio al turismo de cruceros como parte de la corrección política” podría dejar a Cozumel “fuera del mapa de los mega cruceros a partir del 2026, un mercado que en 2034 alcanzará 1,660 millones de dólares anuales”.
Mientras otros destinos del Caribe construyen terminales modernas, México arriesga su posición estratégica por proteger un arrecife artificial sin permisos, convertido en símbolo político.
“Si Cozumel pierde su atractivo para los cruceros de nueva generación, necesitaría 1,100 cuartos de hotel adicionales para compensar la caída en visitantes. Pero no basta con habitaciones: se requieren servicios, conectividad y una estrategia de promoción que hoy no existe. Y fuera del turismo, la isla carece de alternativas productivas reales debido a sus costos logísticos y limitaciones geográficas”, dice el informe.
Mientras la industria de cruceros en el Caribe, como Bahamas y Honduras, se prepara para recibir embarcaciones de nueva generación —como el Icon of the Seas, un gigante de 360 metros de largo y más de ocho mil personas a bordo—, Cozumel se aferra a muelles pensados para barcos de hace tres décadas.
De hecho, la denominación “cuarto crucero de Cozumel” usada por los ecologistas partidistas: el nuevo muelle se proyectó con un potencial pra embarcaciones mayores que no ha tenido hasta ahora la isla.
Dicho de otro modo, si la tendencia continúa, Cozumel podría quedarse con arrecifes hechizos… pero con menos turismo y menos dólares.
@emeequis