Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
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Harfuch, el hombre fuerte de Sheinbaum, en medio de un multitud de personajes que añoran a AMLO.
Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
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Harfuch y los malabares para colarse con Sheinbaum. Foto: Cuartoscuro.com
EMEEQUIS.– Ya iba avanzado septiembre y el todavía presidente Andrés Manuel López Obrador insistía, cuando estaban definiendo a los miembros del nuevo gabinete presidencial: “Harfuch no, para eso le dimos la senaduría”.
Pero la entonces presidenta electa cedió lo que tuvo que ceder para mantener a Harfuch: Sí, el expresidente llevaría mano en la designación de los titulares de las carteras de operación política; sí, habría reforma judicial, por más que desafiara la lógica y la naturaleza misma de la estructura republicana; sí, los organismos autónomos, que fueron pilar de la era democrática del país, serían borrados para siempre. Sí, le cedía incluso el control de la aplanadora de Morena y aliados en el congreso durante el procesamiento de esas reformas. “Pero Harfuch se queda”.
La versión proviene del mismísimo staff presidencial y la cuenta un damnificado político al que le negaron cierta posición de gran relevancia política en la Ciudad de México, la cual también fue cedida al arbitrio de AMLO a cambio de que Omar García Harfuch se quedara en el gabinete presidencial como titular de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSPPC).
No era la primera vez que el tabasqueño vetaba al nieto del general Marcelino García Barragán para ser promovido políticamente. Ya en el proceso de designación de candidato de Morena al gobierno de la Ciudad de México para el pasado proceso electoral, AMLO inclinó el pulgar hacia abajo para eliminar a Omar García Harfuch de la nominación.
A lo largo de su gestión, la entonces jefa del gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, había impulsado la candidatura de Harfuch para sucederla en la capital. Cuando llegaron los tiempos políticos, el nieto del general se separó de su cartera de seguridad pública en la Ciudad de México, y se fue a hacer campaña: armó grupo, conectó con bases morenistas, y ganó la encuesta, el método dispuesto por AMLO para definir candidaturas.
Pero al final, la voluntad del entonces presidente se impuso, le quitó a Harfuch la candidatura a la jefatura de gobierno y nombró candidata a Clara Brugada como la abanderada de Morena a dicha posición. Harfuch y Claudia habían visto frustrados sus objetivos políticos.
“Por eso, en la campaña, el encono entre Claudia y Clara Brugada no era una invención de los medios, era real”, subraya la fuente. A Claudia le habían eliminado su alfil. Pero había que transigir y mantener tranquilo al caudillo tabasqueño, porque estaba en juego la nominación de Claudia.
La inquina de AMLO contra Omar Garía Harfuch se debe a un hecho aparentemente nimio, pero en realidad nada trivial: la influencia del Secretario de Seguridad Ciudadana dentro de las Fuerzas Armadas.
El expresidente logró la adicción de buena parte de los generales a partir de una serie de maniobras: amplió la cartera de actividades de las fuerzas armadas, les dio el control de puertos marítimos y aéreos, puso en sus manos las aduanas, el Tren Maya, el AIFA, les dio autonomía financiera a nivel de decreto presidencial y les prodigó presupuestos.
En realidad, todo se reduce a una misma operación: los compró. La lealtad institucional se pervirtió en complicidad. Ese es el cemento que une al Ejército con el tabasqueño.
El peso de Harfuch dentro de las Fuerzas Armadas es de otra naturaleza: nació dentro de ellas, bajo el halo de las cinco estrellas de su abuelo, el general Marcelino García Barragán, secretario de la Defensa Nacional de Gustavo Díaz Ordaz.
Como su padre, Javier García Paniagua, que fuera comandante de la Dirección Federal de Seguridad (DFS), dirigente nacional del PRI y, sobre todo, uno de los príncipes de la milicia, Omar García Harfuch también dio sus primeros pasos en el campo militar. El círculo familiar de su infancia y juventud fue el de los generales.
Nada de eso es visto con buenos ojos por AMLO rumbo a 2030. Aunque lleva el control del partido ―es decir, el control de todas las nominaciones― a través de su hijo Andy y de su incondicional, Luisa María Alcalde.
Cuenta también con la lealtad de la mayor parte del gabinete. “¿O poco crees que gente como Jesús Ramírez es leal a Claudia?”, pregunta la fuente.
Hay que tener en cuenta que de los 26 servidores públicos conforman el gabinete legal y la oficina presidencial, 15 provienen del gabinete presidencial de Andrés Manuel López Obrador; y sólo siete colaboraron con ella en el gobierno de la Ciudad de México. El resto cuentan con trayectorias diversas. El grueso de ellos y las carteras más relevantes, son lealtades de AMLO.
Pero la presidenta tiene su propia estrategia con Harfuch. De ahí que “operación enjambre” esté por vivir sus mejores momentos para “alinear a quien se tenga que alinear”. Y como la cuerda se rompe siempre por lo más delgado, el nieto del general ha dicho ya que su operación contra la violencia en Sinaloa ―estado se inscribe dentro el “enjambre tropical”― durará “lo que sea necesario, lo que tome de tiempo”.
No es extraño, por ello, que al gobernador Rocha Moya se le enrede la lengua cuando pronuncia el nombre del Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana. Tampoco es raro que la falange criminal haya decidido responder con fuerza y atentar contra un convoy de la estructura de Harfuch el día 18. La presencia de la presidenta el próximo domingo en Sinaloa envía también el mensaje de que toda la estructura federal leal a la mandataria respalda al nieto del general.
Y es que en la guerra de Sinaloa se dirime algo más que el liderazgo criminal entre “mayos” y “chapitos”. Porque no hay que buscar mucho: el delfín de Claudia sigue siendo el mismo. Y el de AMLO, es secretario general de Morena.
@emeequis
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