Este convenio establece las bases para sumar esfuerzos y generar acciones coordinadas que garanticen un entorno seguro para quienes ejercen la labor periodística y la defensa de los derechos humanos en el municipio.
Tabasco: récord histórico de asesinatos en 2024 y mantiene tendencia en 2025
Aunque Adán Augusto presume baja en delitos cuando estuvo de gobernador de Tabasco, la realidad es que en su primer año crecieron los homicidios. La tendencia criminal continuó con Merino y se mantiene con May.
Este convenio establece las bases para sumar esfuerzos y generar acciones coordinadas que garanticen un entorno seguro para quienes ejercen la labor periodística y la defensa de los derechos humanos en el municipio.
Tabasco sigue siendo presa del crimen. En la imagen de enero de 2025, ataque a la población tres días después de la detención de Carlos Tomás Rodríguez “El Lic”, líder de la organización criminal “La Barredora” capturado en la ciudad de Puebla. FOTO: LUIS LÓPEZ/CUARTOSCURO.COM
EMEEQUIS.– En 2024, último año de mandato de Carlos Manuel Merino Campos –incondicional del senador Adán Augusto López Hernández– e inicio del gobierno de Javier May Rodríguez –también de Morena–, Tabasco alcanzó su récord histórico reciente en homicidios dolosos, con un incremento de 202% respecto al año anterior.
La disputa de cárteles de la droga por el territorio y el incremento de robo de combustible a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), más el saqueo de cargamentos de la refinería Dos Bocas, son dos factores que análisis de inteligencia federal ven en el incremento de la violencia, mientras los cuestionamientos por supuesta protección de gobiernos locales al crimen organizado se mantienen.
En 2023, Tabasco registró 234 denuncias por homicidios dolosos, 137 cometidos con arma de fuego, de acuerdo con el registro del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
Para el año siguiente, en el que Merino dejó el cargo el 30 de septiembre, para ser sucedido por May, la cifra se disparó a 707 homicidios dolosos, 547 cometidos con armas de fuego. Este número es el más alto en la historia reciente, que abarca la última década.
Los homicidios, sin embargo, no fueron el único delito de alto impacto que incrementó: los secuestros pasaron de 12 en 2023 –nueve extorsivos y tres exprés– a 36 para el año siguiente, un aumento de 200 por ciento.
Además, los feminicidios subieron de 18 a 28 en el mismo lapso –un crecimiento de 56%– y las extorsiones de 102 a 144 (41%). No obstante, es el narcomenudeo el que más disparidad muestra entre un año y otro, con 30 denuncias registradas en 2023, contra las 330 de 2024. Es decir, 1,000% más, con base en los propios datos que la fiscalía tabasqueña proporcionó al SESNSP.
Hasta junio de 2025, la incidencia al alta se mantiene, con 342 homicidios dolosos (310 con arma de fuego), 82 denuncias por extorsión, 495 por narcomenudeo (una cifra ya superior a la de todo 2024, cuando faltan seis meses por contabilizar), 18 secuestros extorsivos y 16 feminicidios: cinco con arma de fuego, tres con arma blanca, cinco con otro elemento y tres no especificados.
¿Y BERMÚDEZ REQUENA?
El escenario de violencia sucede mientras Hernán Bermúdez Requena, quien fuera secretario de Seguridad Pública y Protección Ciudadana nombrado en 2019 por Adán Augusto López y mantenido en el cargo por Merino, se encuentra prófugo. El exjefe de la policía es el presunto líder de La Barredora, un grupo delictivo que entre alianzas y enemistades con el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) desató una guerra en Tabasco que se ha caracterizado por la extrema violencia en sus ejecuciones.
LA SUPUESTA BAJA DELICTIVA Y EL AUGE DEL CRIMEN
En 2021, 2022 y 2023 hubo una tendencia a la baja en los homicidios dolosos, la cual se termina en 2024. Sin embargo, el periodo coincide con el de la emergencia sanitaria por el Covid-19, que mantuvo números en descenso en el país, porque, con base en especialistas del fenómeno delictivo, la cuarentena redujo las posibilidades de delinquir.
Ese periodo, además, coincide con el del crecimiento de La Barredora y sus operaciones para robar combustibles a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), primero como célula del CJNG, después de manera independiente.
Según comunicaciones que llegaron a oficinas centrales de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena), filtradas por el colectivo Guacamaya Leaks, el grupo criminal se extendió al amparo de la protección de las corporaciones de seguridad y del poder político local, siempre con un nombre a la cabeza, el de Hernán Bermúdez Requena, el Comandante H.
En 2021, la Subdirección de Salvaguarda Estratégica de Pemex contabilizó 178 tomas clandestinas de refinados y cuatro de gas LP en Tabasco; en 2022, bajaron a 146 y seis y las autoridades presumían un delito contenido (aunque los años a la baja estuvieron marcados por el virus Sars-CoV-2, que contuvo la movilidad); sin embargo, en 2023 subieron a 397 en refinados y 20 en gas LP, y en 2024 superaron las 300 tomas.
Este periodo igualmente marca una recomposición en La Barredora, creada para robar combustibles y presuntamente liderada por Bermúdez Requena, el secretario de Seguridad de Adán Augusto López, al escindirse del Cártel Jalisco Nueva Generación, del que obtuvo la iniciación criminal y después operó con el modelo de franquicia, para luego buscar el total control territorial en el giro del huachicol, que incluye el robo de pipas y cargamentos que llegan vía marítima. Esta separación detonó en una guerra caracterizada por la decapitación de cuerpos, abandonados en lugares públicos y la extrema violencia.
LOS NÚMEROS QUE NO LE DAN LA RAZÓN A ADÁN AUGUSTO
La última publicación en la cuenta de X (antes Twitter) de Adán Augusto es un deslinde de las actividades del Comandante H, a quien él designó su secretario de Seguridad en Tabasco y quien se mantuvo en esa posición después de que López Hernández dejara la gubernatura –en agosto de 2021– para incorporarse al gabinete de su paisano, el entonces presidente Andrés Manuel López Obrador, como secretario de Gobernación. En 2022, Adán igualmente buscaría la candidatura de Morena a la Presidencia de México.
El político afirmó en esa publicación del 18 de julio pasado que durante su mandato en Tabasco enfrentaron “grandes retos en materia de seguridad y logramos reducir sustancialmente la actividad delictiva”, pero el seguimiento y contraposición de los datos históricos del SESNSP muestran una realidad diferente a la que intentó mostrar Adán Augusto, utilizando como comparativa cifras –no actualizadas– de 2018, el año previo a que él iniciara su gobierno, y 2021, cuando él dejó el cargo en agosto.
Para este seguimiento, EMEEQUIS revisó la incidencia delictiva histórica en Tabasco, desde 2015, que es a partir del uso de la nueva metodología del SESNSP para registrar los delitos del fuero común. Se trata del tercer año de gobierno del priista Arturo Núñez Jiménez, predecesor de López Hernández.
En 2015, la Fiscalía de Tabasco notificó una denuncia por narcomenudeo, 171 por extorsión, 78 secuestros, ocho feminicidios y 233 homicidios dolosos (42 con arma de fuego).
Para 2016 todos esos delitos subieron: los homicidios dolosos (276), el narcomenudeo (56 denuncias, 27 registradas en diciembre), la extorsión (148), el secuestro (85) y los feminicidios (27).
En 2017 hubo un descenso en narcomenudeo (41) y secuestro (77), pero aumentaron los feminicidios (28), homicidios dolosos (388) y la extorsión (258).
El último año de gobierno de Arturo Núñez, 2018, estos delitos nuevamente fueron al alza: narcomenudeo (131), extorsión (331), secuestros (103), feminicidios (40) y homicidios dolosos (508). Este periodo también estuvo marcado por disputas por el control territorial entre el CJNG, Cártel de Sinaloa y Cártel del Noreste, una escisión de Los Zetas, parte del escenario delictivo que vivió el último priista en gobernar en Tabasco.
Adán Augusto López tomó posesión como gobernador el 1 de enero de 2019. Ese, su primer año, crecieron los homicidios dolosos, para llegar a 565; hasta entonces, es el número más alto en la historia reciente y un 11% superior que en el último año de su antecesor, en tanto que las denuncias por narcomenudeo (123), extorsión (232) secuestros (40, una baja de más de 60 por ciento) y feminicidios (27) mostraron reducciones.
También, fue un momento de reacomodo de las organizaciones delictivas, que sería el preámbulo de alianzas y crecimiento de otras.
En 2020 inició en México la pandemia por Covid-19. La emergencia sanitaria incluyó el cierre de establecimientos, cancelación de eventos, restricciones de viajes y movilidad en general, así como el confinamiento. Ese año también fue el último completo de Adán Augusto, con 509 homicidios dolosos, 87 denuncias por narcomenudeo, 105 por extorsión, más 32 secuestros extorsivos y 15 feminicidios.
En esa condición de confinamiento, que se extendería hasta mayo de 2023, aquel 2020 mostró en el narcomenudeo, secuestros y homicidios dolosos números superiores que los que se registrarían en 2021, cuando el tabasqueño dejó el cargo –en agosto– para incorporarse al gabinete de López Obrador. Aquel 2021 cerró con 48 denuncias por narcomenudeo, 104 por extorsión, 16 secuestros extorsivos, 15 feminicidios y 390 homicidios dolosos, de los cuales 227 se cometieron con arma de fuego.
En ese mismo periodo, La Barredora estaba aliada al Cártel Jalisco y Hernán Bermúdez, el Comandante H, tenía dos frentes: era el policía con mayor poder en la entidad, y también el líder de la célula delictiva.
De 2021 a 2022, ya en el interinato de Merino Campos, hoy director general de Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA), hay disminución en narcomenudeo (de 48 a 38), despojo (de 602 a 479), secuestro (de 16 un caso de tráfico de menores a 12) y homicidios dolosos (de 390 a 291), aunque los feminicidios aumentaron de 15 a 17 y las extorsiones de 104 a 134.
En el último año de confinamiento, 2023, hubo 30 denuncias por narcomenudeo, 102 por extorsión, nueve por secuestros extorsivos y tres secuestros exprés, más 18 feminicidios y 234 homicidios dolosos.
El análisis histórico muestra que los momentos en los que descendieron las denuncias por estos posibles delitos son, principalmente, posteriores al mandato de Adán Augusto y están asociados a la pandemia por Covid-19, que mostró una tendencia a la baja en el país, aunque en Tabasco coincide con el crecimiento de la Barredora y el aumento de robo de combustibles.
La Agencia para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos sitúa en territorio tabasqueño a los cárteles de Sinaloa y Jalisco Nueva Generación con presencia significativa; sin embargo, su mapeo sólo considera, en todo México, a las organizaciones criminales que ve como amenazas directas y que fueron designadas como terroristas.
Documentos de Guacamaya Leaks muestran a Pura Gente Nueva –una organización también presente en Campeche– en el mapa delictivo de Tabasco, a través de una célula identificada como Célula Independiente de Tabasco, así como a La Barredora del Comandante H. Los grupos también se nutrieron de fragmentaciones de Los Zetas y el CJNG, se dedican a la extorsión, narcomenudeo, cobro de piso, secuestro y tráfico de migrantes, así como al robo de hidrocarburo, en una batalla abierta por el control de la plaza.
@axelchl