El gobernador Alfonso Durazo anunció mejoras a la infraestructura y becas educativas para las niñas y los niños de ambos centros. La convivencia decembrina incluyó regalos, compromisos de apoyo permanente y acciones para fortalecer su desarrollo integral.
Rosa Icela pudo comprar un glucómetro gracias al programa “Ciudad que Cuida a Quien Cuida”
El programa “Ciudad que Cuida a Quien Cuida” apoya a personas cuidadoras con recursos económicos y reconocimiento a su labor.
El gobernador Alfonso Durazo anunció mejoras a la infraestructura y becas educativas para las niñas y los niños de ambos centros. La convivencia decembrina incluyó regalos, compromisos de apoyo permanente y acciones para fortalecer su desarrollo integral.
Ciudad de México, 18 de diciembre de 2025.- Desde hace cuatro años, Rosa Elena Torres comienza sus días antes del amanecer. Tiene 54 años y cuida a su padre, un adulto mayor con movilidad limitada y diabetes, en una vivienda de la alcaldía Gustavo A. Madero. Su rutina incluye preparar alimentos especiales, administrar medicamentos, acompañarlo a consultas médicas y permanecer atenta durante la noche. “No hay horarios cuando cuidas a alguien”, dice.
Rosa Elena es una de las mil personas beneficiarias del programa “Ciudad que Cuida a Quien Cuida”, impulsado por la Secretaría de Bienestar e Igualdad Social de la Ciudad de México, que es una política pública enfocada en apoyar a personas cuidadoras que enfrentan un alto desgaste físico y emocional, particularmente aquellas que atienden a personas con discapacidad, en situación de enfermedad o a adultos mayores.
El programa otorga un apoyo económico directo de 2 mil pesos bimestrales, con el objetivo de aliviar la sobrecarga del trabajo de cuidados y fortalecer la capacidad de los hogares para cubrir necesidades básicas. En el caso de Rosa Elena, el recurso se destina principalmente a la compra de medicamentos, alimentos y artículos de higiene. “Me ayudó sobre todo a comprar un glucómetro para medirle el azúcar a mi papá”, explica.
Sin un empleo formal desde que asumió el cuidado de su padre, Rosa Elena señala que el apoyo no solo tiene un impacto económico, sino también emocional. “Que alguien reconozca lo que haces, que no es fácil ni visible, te da un poco de respiro”, afirma.
“Ciudad que cuida a quien cuida” busca reconocer el papel fundamental de las personas cuidadoras dentro de los hogares, así como reducir el impacto que esta labor tiene en su salud física, emocional y en su estabilidad económica.
Para Rosa Elena, el programa no ha cambiado su responsabilidad, pero sí su manera de enfrentarla. “Sigo cuidando igual, pero con menos angustia”, dice. Historias como la suya reflejan la importancia de respaldar a quienes sostienen, día a día, el trabajo de cuidado en la ciudad.
