Mientras San Juan Cancuc y Chenalhó, en Chiapas, son todavía de los municipios más pobres de México, sus alcaldes perciben salarios más altos que los de varios secretarios estatales. Con remuneraciones que superan los 70 mil pesos mensuales, ¿cómo justifican los gobernantes estos sueldos cuando sus comunidades carecen de servicios básicos?
Los comisarios y los que serán jueces
Los morenistas están engolosinados en una espiral destructiva, que tendrá su próxima fase en la supresión de los organismos autónomos.
Mientras San Juan Cancuc y Chenalhó, en Chiapas, son todavía de los municipios más pobres de México, sus alcaldes perciben salarios más altos que los de varios secretarios estatales. Con remuneraciones que superan los 70 mil pesos mensuales, ¿cómo justifican los gobernantes estos sueldos cuando sus comunidades carecen de servicios básicos?
La imagen de un funcionario del Senado buscando bajo de la mesa una bolita para la rifa habla por sí misma. Análisis de Julián Andrade.
CONFIDENTE EMEEQUIS
EMEEQUIS.– La tómbola ya se realizó. Fue un espectáculo vergonzoso que ilustra cómo serán las cosas desde ahora y en el futuro. La improvisación, la grosería y una actitud que indigna porque lo que estaban rifando era en realidad la conformación de una lista, la de los jueces y magistrados que perderán su trabajo, porque sus plazas serán sometidas a elección popular el próximo año.
La imagen de un funcionario del Senado buscando bajo de la mesa una bolita para la rifa habla por sí misma.
Sigue sorprendiendo que no haya nadie en el bloque oficialista que siquiera dude de lo que están haciendo. La unanimidad siempre es sospechosa y por regla general revela sometimiento, no libertad.
Alexandr Solzhenitsyn, en Archipiélago Gulag, da cuenta de un espectáculo atroz pero cotidiano en la Rusia de José Stalin. Quienes asistían a los encuentros con el jefe de la revolución tenían que cuidarse de dejar de aplaudir una vez que terminaba el discurso del sucesor de Vladimir Lenin.
Hasta quince o veinte minutos duraban las ovaciones, y quienes se cansaban, los que ya no resistían el ardor en las manos, eran detenidos y acusados de falta de compromiso. Una locura, sí, pero sólo es cosa de empezar.
Se dirá que los juzgadores pueden optar por contender, pero ahí se esconde el engaño, porque en realidad eso tendría que pasar, primero, en someterse al grupo en el poder para sortear la evaluación de los Comités, que en realidad son comisarías desde las que se garantizará la pureza ideológica y el compromiso con Morena.
Por lo pronto, son 711 juzgadores que vieron pasar y difuminarse sus años de esfuerzos, de preparación y de compromiso con la justicia, ante la felicidad, nada oculta, del presidente del Senado, Gerardo Fernández Noroña.
Están engolosinados en una espiral destructiva, que tendrá su próxima fase en la supresión de los organismos autónomos, que, como anunció el diputado Ricardo Monreal, no dilatará más allá de diciembre.
Ante las brumas que ahora permanecen, ni siquiera se han tomado la molestia de analizar las consecuencias de sus determinaciones y el impacto que tendrán en la justicia mexicana, sí, la que estaba maltrecha y era imperfecta, pero ahora vamos a su caricatura, que sería jocosa, si no fuera por el daño que causará.
Es pecar de ingenuidad el creer que habrá cartas abiertas en la elaboración de las listas que irán a la elección. Para nada, se hará una selección minuciosa para que no participen los juzgadores bajo sospecha, es decir, los que mostraron independencia en resoluciones de importancia.
Pero al margen de ello, la elección popular de todos los ministros, magistrados y jueces no está bien, contraviene la carrera judicial y fulmina dos aspectos centrales: la independencia y la definitividad de los cargos.
Pero ya estamos en el tobogán y de bajada, por lo que las sorpresas estarán a la orden del día.
Esta semana se abrirá la convocatoria y habrá que estar atentos a los nombres de los comisarios encargados de las listas.
Será interesante ver qué hacen ante la determinación de Roberto Gil Zuarth de buscar ser ministro de la Suprema Corte. Cumple con todos los requisitos académicos y de experiencia.
Gil Zuarth está haciendo una jugada inteligente, de ganar ganar. Si lo encartan gana y si lo sacan también. Al margen de lo que al final decidan en Palacio Nacional sobre su participación, más allá de que se registre por la vía del legislativo, se mostrarán las fisuras de un procedimiento ajeno a la división de poderes y contrario al sentido común.
La Asociación Nacional de Magistrados de Circuito y Jueces de Distrito del Poder Judicial de la Federación viene alertando de una reforma que elimina la independencia judicial y compromete aspectos cruciales del T-MEC y vulnera acuerdos con la Comunidad Europea y que representa un retroceso democrático y jurídico.
@jandradej