Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
Las Reformas Electorales de la presidenta Claudia Sheinbaum
Claudia Sheinbaum prepara una reforma electoral en dos etapas, prometiendo combatir el nepotismo y ajustar costos de las elecciones. Sin embargo, retoma ideas del Plan A y B de López Obrador, que buscaban centralizar el control electoral. Aunque se plantea como un avance democrático, la iniciativa podría priorizar intereses del oficialismo sobre los derechos ciudadanos
Autoridades informaron de la balacera de ayer por el caso de Sandra Domínguez, pero no dijeron si la encontraron o si tienen pistas de su paradero. Su madre exige respuestas.
POR JUAN ORTIZ / LUPA LEGISLATIVA
EMEEQUIS.- Cambiar nuestro sistema electoral debería tener como gran objetivo fortalecer nuestra democracia. Algo obvio. Sin embargo, las últimas propuestas de reforma electoral terminaron como herramientas para el control político.
Las elecciones deben servir a los ciudadanos. También algo obvio. Pero en los últimos años, las iniciativas han priorizado la conveniencia del gobierno en turno sobre el derecho de los votantes a elegir en condiciones justas, como ocurrió en el sexenio pasado.
Ahora, Claudia Sheinbaum anunció que presentará su propia reforma electoral. Ella promete abordar temas como el nepotismo, la reelección, el financiamiento de partidos y el costo de las elecciones. Pero también retoma ideas del fallido Plan A y B de López Obrador. ¿Qué riesgos hay?
EL PLAN A: LA VISIÓN CENTRALISTA DE LÓPEZ OBRADOR
Morena lleva años intentando cambiar las reglas electorales. El primer intento serio fue el Plan A de López Obrador, presentado tras las elecciones de 2021, cuando su partido perdió la mitad de las alcaldías de la CDMX y la mayoría calificada en el Congreso.
¿Qué proponía? Principalmente:
- Sustituir al INE por un instituto único (INEC).
- Eliminar los órganos locales (OPLES) y tribunales electorales estatales.
- Elegir consejeros y magistrados electorales por voto popular.
- Reducir el financiamiento público a los partidos políticos.
- Modificar la representación en el Congreso con un modelo híbrido.
El Plan A no prosperó. Morena intentó un Plan B, aprobado en el Congreso pero rechazado por la Suprema Corte por violaciones al proceso legislativo.
El objetivo de ambas iniciativas era el mismo: concentrar el control electoral en el gobierno federal y debilitar la estructura independiente que ha garantizado elecciones competitivas en México.
FEBRERO DE 2024: AJUSTES BAJO EL DISCURSO DE AUSTERIDAD
El oficialismo no se rindió. En 2024, López Obrador presentó una nueva propuesta electoral como parte de un gran paquete de reformas constitucionales. El discurso fue la austeridad, pero el trasfondo seguía siendo el mismo.
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Planteó eliminar los plurinominales, pero mantener los legisladores de mayoría relativa. También insistió en la creación del INEC y propuso recortar el financiamiento de los partidos políticos.
El tema nunca llegó a comisiones. Con la elección presidencial en puerta, Morena dejó la discusión en pausa. Pero la nueva administración ya la retomó.
LAS REFORMAS ELECTORALES DE SHEINBAUM
La Presidenta de la República anunció recientemente una reforma electoral con dos etapas.
La primera parte se presentaría en las próximas semanas para aprobarse antes de abril. Propone:
- Prohibir la reelección inmediata de legisladores, presidentes municipales y alcaldes.
- Evitar el nepotismo en la designación de candidatos, principalmente en el Poder Ejecutivo: Alcaldía, Gubernaturas y Presidencia de la República.
Este punto generará resistencias dentro de su propio partido. Morena está llena de representantes de clanes familiares, como los Monreal y los Yunes. La pregunta no es si la reforma avanza, sino qué excepciones se negociarán para que ciertos grupos conserven su poder.
La segunda fase llegará después de las elecciones judiciales de 2025 y abordará:
- Reducción del financiamiento público a partidos.
- Ajuste del costo de las elecciones con un modelo más austero.
- Cambios en la representación proporcional, tomando como base el sistema de la Ciudad de México.
La Presidenta Claudia Sheinbaum vende esta reforma como un paso hacia una democracia más eficiente. Pero el patrón se mantiene: cambios diseñados desde el poder, no desde la perspectiva de los votantes.
EL VERDADERO DESAFÍO: EVITAR EL RETROCESO DEMOCRÁTICO
Las elecciones no deben ser más baratas, deben ser más justas. Reducir costos no puede ser la prioridad si eso significa debilitar la equidad del proceso. Tampoco pueden centralizarse a costa de la autonomía electoral.
México ya vivió elecciones controladas por el poder en turno, y el resultado fue siempre el mismo: menos competencia, menos transparencia, menos democracia.
El oficialismo insiste en que estas reformas fortalecerán la democracia. Pero hasta ahora, ninguna ha puesto a los ciudadanos en el centro de la discusión.
Modernizar el sistema no puede significar desmantelarlo. Si las reglas se modifican para favorecer al partido en el poder, el costo lo pagará la democracia entera.
Si la reforma de Sheinbaum sigue el mismo camino que las de su antecesor, el único ganador será el oficialismo. Si los ciudadanos quedan fuera de la ecuación, cualquier ajuste electoral será solo una estrategia de control disfrazada de cambio.
@Juan_OrtizMX