Acompañado del secretario de Seguridad Pública, Braulio Martínez Navarrete, el titular del Ejecutivo Estatal encabezó la entrega de 67 patrullas.
Aprueba Senado Ley de Aguas entre dudas sobre exceso de centralismo
Oficialistas argumentaron que con esta iniciativa se combate el acaparamiento y garantiza equidad, mientras la oposición la tildó de centralista y perjudicial para el campo.
Acompañado del secretario de Seguridad Pública, Braulio Martínez Navarrete, el titular del Ejecutivo Estatal encabezó la entrega de 67 patrullas.
Procedimiento exprés en el Senado. Foto: Daniel Augusto / Cuartoscuro.com.
EMEEQUIS.– La Ley General de Aguas, impulsada por la presidenta Claudia Sheinbaum, fue aprobada en lo general en el Senado de la República en un procedimiento exprés que generó fuertes tensiones entre la mayoría oficialista (Morena, PT y PVEM), que argumentó el derecho de la población al agua, y la oposición (PAN, PRI y MC), con sus críticas al excesivo centralismo del Estado.
La minuta llegó procedente de la Cámara de Diputados donde había sido avalada tras una maratónica sesión de 24 horas con 324 votos a favor, 118 en contra y 2 abstenciones.
En el Senado, se dispensaron los trámites en comisiones para declararla de “urgente resolución”, permitiendo su discusión directa en el Pleno. Esto evitó análisis detallados en grupos de trabajo y aceleró el proceso, lo que la oposición calificó como una “aplanadora” para evitar modificaciones sustanciales.

La votación en lo general se realizó por la noche, con 85 votos a favor (de Morena y aliados), 36 en contra (de la oposición) y 0 abstenciones.
La discusión en lo particular incluyó reservas de la oposición, pero la mayoría las rechazó sistemáticamente, aprobando el dictamen sin cambios mayores. La ley deroga la Ley de Aguas Nacionales de 1992 y establece principios como el derecho humano al agua, la prohibición de transmisión de concesiones entre particulares (para evitar especulación), la creación de un Registro Nacional del Agua y la priorización del uso doméstico sobre el industrial o agrícola.

Oficialistas argumentaron que con esta iniciativa se combate el acaparamiento y garantiza equidad, mientras la oposición la tildó de centralista y perjudicial para el campo.
El proceso ocurrió en medio de protestas: productores agrícolas bloquearon carreteras en estados como Guanajuato, Sinaloa y Zacatecas, amenazando con caravanas a la CDMX. El Senado incluso preparó una sede alterna (la Casona de Xicoténcatl) ante posibles bloqueos, pero la sesión se mantuvo en el Pleno principal.
La sesión estuvo marcada por duelos verbales, acusaciones de corrupción y referencias a figuras históricas. La oposición usó pancartas con frases como “Morena traiciona a los campesinos”, “No a la reforma del agua” y “Si Zapata viviera, pararía esto”.

Ricardo Anaya, del PAN, acusó a Morena de buscar “control político” sobre el agua para “tener de rodillas a cualquier campesino que tenga una concesión”. Presentó una moción suspensiva (rechazada con 85 votos en contra) y denunció que un senador de Morena tiene “tres veces más volumen de agua que todos los del PAN juntos”.
Carolina Viggiano, del PRI, llamó a Morena “huachicoleros del agua” y dijo que la ley “abre la posibilidad a redes de corrupción” en la distribución. Acusó al oficialismo de priorizar la “fiesta” de Sheinbaum sobre el campo, ignorando protestas de productores.
Gerardo Fernández Noroña, de Morena, atacó al expresidente Vicente Fox por sus concesiones de agua (“14 concesiones con más de 3.4 millones de m³”) y dijo que la ley “para el mercado negro”. Desestimó protestas: “En todo el día no ha habido una sola persona protestando afuera del Senado”.
Luis Donaldo Colosio, de MC, denunció que la propuesta “concentra atribuciones a Conagua sin contrapesos” y genera “falta de certidumbre para producir en el campo”, criminalizando a pequeños productores.
El morenista Félix Salgado Macedonio recriminó a la oposición por haber “privatizado los ejidos” y favoritismo a empresas extranjeras (“son unos bribones… han puesto de rodillas al campo mexicano”).
La oposición presentó más de 500 reservas (muchas rechazadas), argumentando inconstitucionalidad y falta de consulta indígena. Oficialistas, como Adán Augusto López, defendieron que atiende demandas de foros regionales y protege a ejidatarios.
La senadora del PAN, Verónica Rodríguez Hernández, señaló que esta reforma convierte el agua en un instrumento de manipulación política y electoral, pues le da al Gobierno Federal la posibilidad de decidir, “de manera discrecional, quién mantiene su concesión, quién la pierde, a quién le reducen volúmenes de agua y a quién sí le permiten operar”, lo que demuestra que es peligroso para la democracia, el campo, la seguridad alimentaria y las familias.
La aprobación finaliza el trámite legislativo, pero podría enfrentar amparos judiciales de agricultores y críticas internacionales por su impacto en inversiones.
@emeequiss
