“Las condiciones clínicas del Santo Padre en su estado crítico muestran una ligera mejoría”, dice El Vaticano. El líder de la Iglesia Católica está hospitalizado desde el 14 de febrero
Cotija: la victoria del miedo y la alcaldía en vilo
Las amenazas del CJNG, presunto responsable del asesinato de la alcaldesa Yolanda Sánchez, tienen en vilo la posibilidad de que el alcalde electo, Juan Pablo Aguilar, asuma el cargo en septiembre. Recogió sus constancia de mayoría hasta julio, en completo sigilo. No hay cabildo completo, ni saliente ni electo. #GanarLaMuerte (TERCERA Y ÚLTIMA PARTE)
“Las condiciones clínicas del Santo Padre en su estado crítico muestran una ligera mejoría”, dice El Vaticano. El líder de la Iglesia Católica está hospitalizado desde el 14 de febrero
El gobernador Ramírez Bedolla se limitó a presentar condolencias y prometer justicia… que no ha llegado. Foto: Especial.
EMEEQUIS.– A la medianoche del domingo 2 de junio, Juan Pablo Aguilar Barragán, candidato de la alianza PAN – PRI a presidente municipal de Cotija, se hallaba exultante. Tenía ya en sus manos las cifras de los resultados electorales que le daban el triunfo en ese municipio de poco más de 20 mil habitantes, el cual da nombre al queso de manufactura originaria de esa región, y es uno de los 10 “pueblos mágicos” de Michoacán.
Así que grabó un video, acompañado de Fanny, su esposa, para proclamar la victoria y anunciar una gira de agradecimiento a los electores.
Aquella videograbación fue su último post. No apareció más en público, ni se le volvió a ver en las calles de Cotija. Ni siquiera se percibió movimiento en sus cuentas de redes digitales. De hecho, semanas después de que el Instituto Electoral de Michoacán (IEM) emitiera las constancias de mayoría de Juan Pablo Aguilar y de los miembros de su planilla, ninguno de ellos se había presentado a recogerla, informó dicho organismo.
Para la gente de Cotija no hay ningún misterio en esa ausencia: todo el mundo sabe que al día siguiente de los comicios, el grupo criminal conocido como Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) amenazó al alcalde electo en mensajes en Facebook que, según versiones de prensa, el equipo de redes de Juan Pablo se apresuró a borrar. Pero la advertencia era inequívoca: si tomaba posesión del cargo para el que fue electo, terminaría como su antecesora, que había sido asesinada ese mismo día.
A la alcaldesa Yolanda Sánchez Figueroa, una abogada panista de 61 años que en 2021 sacó a Morena del palacio municipal, la rafaguearon con proyectiles de alto calibre la noche del 3 de junio pasado, cuando caminaba en una calle adyacente a la plaza principal de Cotija, donde se encuentra la alcaldía y la comandancia. Iba acompañada de su escolta, el policía municipal Jesús Valencia Martínez, de 40 años. Les dispararon desde una camioneta en movimiento. De la lluvia de proyectiles, 19 hicieron impacto en la presidenta.
A pesar de la cantidad de plomo ardiente, la abogada conservó aliento de vida durante el traslado hasta el hospital regional de Los Reyes, a unos 45 minutos de Cotija. También el guardaespaldas. Pero al llegar, ambos fallecieron.
El gobierno estatal, que encabeza el morenista Alfredo Ramírez Bedolla, presentó aquella noche la postura de trámite a través de un post en la plataforma social X, a las 9:50 de la noche del 3 de junio: “El gobierno de Michoacán condena el homicidio de la presidenta municipal de Cotija, Yolanda Sánchez Figueroa. Se ha desplegado un operativo de seguridad coordinado con instancias federales para dar con los responsables del hecho”.
Pero era el mismo gobierno estatal que, en 2023, destituyó al comisario de Cotija, Leo Báez, nombrado por la alcaldesa, el cual ya había sido reinstalado días atrás en un operativo del Ejército Mexicano, luego de que grupos delictivos coparan el Palacio Municipal de Cotija para expulsar de la presidencia municipal al funcionario de seguridad pública, bajo amenazas de muerte a Sánchez Figueroa.
GOBERNAR BAJO EL MIEDO
Yolanda Sánchez condujo el ayuntamiento durante el último año de su periodo, el segundo, presa del miedo por las amenazas de grupos delictivos. El 23 de septiembre del año pasado había sido secuestrada tras visitar una plaza comercial del municipio jalisciense de Zapopan, a dos horas y media de Cotija por carretera.
Supuestamente había acudido a una cita médica. Según publicó el columnista Héctor de Mauleón, citando fuentes de inteligencia, la presidenta municipal de Cotija habría acudido a Zapopan, en realidad, para reunirse con un político michoacano ―presumiblemente de alto rango― para tratar asuntos de seguridad pública.
El caso es que cuando se dirigía de la plaza comercial a su hotel en un vehículo de alquiler, este fue alcanzado por camionetas y motocicletas con hombres armados, que les cerraron el paso y extrajeron a la munícipe.
Cuando salió de aquel trance, la presidenta municipal relató que sus captores le vendaron los ojos, la metieron en una casa de seguridad, y le plantearon sus exigencias. Una de estas fue revelada por la fiscalía estatal tras el homicidio del que sería víctima la abogada: que el Ejército ya no participara en las tareas de seguridad en Cotija, sino solamente la policía municipal.
Tres días después la liberaron, de madrugada, a la orilla de una carretera interestatal, donde tomó un autobús que, tras un telefonema de Sánchez Figueroa, fue alcanzado y escoltado por fuerzas de seguridad federales, para protección de la alcaldesa, hasta Cotija.
No era la primera vez que los grupos criminales exigían condiciones favorables a sus intereses en el manejo de la seguridad pública en el municipio. En abril de 2023, un convoy de camionetas, algunas de ellas de lujo, y otras rotuladas con las siglas del CJNG, llegaron al centro de Cotija repletas de pistoleros, acompañados por supuestas unidades e integrantes de la Guardia Civil, la policía estatal del gobierno de Michoacán.
Los hechos fueron narrados, un mes después, por el corresponsal del periódico El Universal, Carlos Arrieta: el comando criminal desarmó a la policía municipal, les quitaron sus radios, y los sacaron de la sede del ayuntamiento. La alcaldesa Yolanda Sánchez y su comisario de Seguridad Pública, Leo Báez, salieron entonces.
El hombre que encabezaba al grupo de pistoleros comunicó a la jefa del ayuntamiento que tenía la consigna de tomar el control de la policía municipal, y de ordenarle la destitución de Baez. Incluso le pasaron un teléfono móvil en el que algún jefe criminal le habría reiterado la instrucción, bajo amenaza de muerte.
La alcaldesa se negó, pero el grupo delictivo tomó el control de la comandancia. Al día siguiente fue recuperada en un operativo del Ejército. No obstante, unos días después, José Alfredo Ortega, secretario de Seguridad Pública del gobierno de Ramírez Bedolla, destituyó al comisario Baez, y depositó la comandancia en dos de los policías de Cotija. El ayuntamiento, a su vez, destituyó a los gendarmes nombrados por el gobierno estatal, denunciando invasión de la autonomía municipal.
Desde entonces, la amenaza pendía sobre la abogada Yolanda Sánchez. Cinco meses después ocurrió su secuestro, y su inesperado regreso a casa.
CAMPAÑAS BAJO TENSIÓN
En medio de esas tensiones llegó el proceso electoral. La temporada abrió con el plagio de otro miembro del cabildo cotijense, el regidor Arnulfo García Figueroa, de 64 años, uno de los correligionarios más cercanos a la presidenta municipal.
Don Arnulfo se encargaba de la comisión de política social del cabildo, y desplegaba una intensa actividad relacionada con dicha cartera, lo que lo hacía parecer como un candidato natural para suceder a la alcaldesa.
Los criminales lo sacaron de su casa de la colonia San Felipe, en las sombras de la noche. Vestía únicamente una camiseta blanca sin mangas y un pantalón negro de mezclilla, como lo describió la ficha de búsqueda emitida por la Fiscalía General del Estado de Michoacán, el 28 de marzo de 2024, 20 días después del plagio, cuando la familia de la víctima al fin se decidió a reportar los hechos.
El proceso político continuó. La alianza PAN -PRI eligió como candidato a Juan Pablo Aguilar Barragán, otro panista cercano a la alcaldesa Yolanda Figueroa, que en su administración se desempeñó como secretario del ayuntamiento.
Pero en la región ya se presentaban señales adversas. El 16 de abril se difundió en redes digitales una videograbación en la que aparece un grupo de unos 60 hombres armados, con uniformes militares, algunos con cascos, todos con armas largas. posando en un montículo de una colina. Uno de ellos, sentado frente una mesa, anunció:
“Buenas tardes, pueblo de los Reyes y sus alrededores, somos Grupo Delta del Cártel Jalisco Nueva Generación del ‘Señor Mencho’ y el ‘Señor 3’, ya estamos dentro de la zona”.
Y mencionó algunos de sus enemigos a quienes acusó de las extorsiones en la zona. El municipio de Los Reyes es colindante con Cotija.
Ya iniciadas las campañas, la tarde del 9 de mayo ocurrió un fuerte enfrentamiento armado entre grupos criminales en la carretera Tocumbo – Cotija, lo que ocasionó la intervención del Ejército Mexicano y la Guardia Nacional para detener la reyerta, Murieron 10 pistoleros, presuntos integrantes del CJNG.
Los hechos dejaron una atmósfera de tensión en el proceso electoral de la zona. Los grupos delictivos reservaron para la recta final del mismo su intervención violenta.
En el cierre de campaña de la candidata de Morena a la alcaldía, Estrella Moreno, pistoleros montados en cuatrimotos rodearon a la multitud y comenzaron a disparar al aire sus armas de alto calibre. Desde el equipo de sonido del evento pidieron a los concurrentes resguardarse “donde puedan”, lo que por lo demás no parecía necesario pues la gente ya corría en busca de protección. La misma candidata, Estrella Moreno, se refugió en el local de un comercio. Nadie salió de sus refugios sino hasta después de que el rugido de las cuatrimotos se perdió en la distancia.
El cierre de campaña del aliancista Juan Pablo Aguilar estaba previsto para la tarde del 29 de mayo, que cerraría con la participación del grupo musical Banda Maguey. Incluso los miembros de esa agrupación anunciaron en un video su presentación en Cotija.
Pero el candidato decidió cancelarlo “para salvaguardar la seguridad de la población”, a pesar de que, dijo en un comunicado, las fuerzas de seguridad le habían ofrecido cuidar del acto. Lamentó los hechos del día anterior y dijo que la celebración se dejaba para septiembre.
La jornada electoral transcurrió en relativa calma, y Juan Pablo proclamó entonces la victoria. Pero el asesinato de la alcaldesa y de su escolta marcó el peor de los desenlaces. El CJNG se adjudicó el homicidio y lanzó las amenazas contra el alcalde recién electo.
En lugar de tener celebración, Cotija se cubrió de luto. La tarde del 5 de junio, el cortejo fúnebre de la abogada Yolanda Sánchez avanzó sobre las calles de la cabecera municipal, entre una fuerte presencia de cuerpos de seguridad federal y comercios cerrados por el miedo, en medio del silencio, apenas roto por la percusión monocorde y reiterativa de las baquetas sobre los tambores, que ejecutaba la banda de guerra compuesta por una decena de niños y jóvenes que precedía la marcha de la carroza.
Mientras tanto, los miembros del cabildo huían. El síndico, Paulo Ávalos Álvarez, en quien recae por ley el cargo en caso de ausencia definitiva del titular de la alcaldía, fue el primero en declinar. Dos de los regidores que seguían en la línea sucesoria, Rubén Robledo y Fernando Oseguera, salieron de la región en las horas posteriores al asesinato de la alcaldesa. De hecho, según reportó el periódico El Universal, Robledo confirmó que ya se hallaba, con su familia, en los Estados Unidos.
Y es que nadie quería ocupar el sillón que dejó vacío la alcaldesa asesinada en las semanas posteriores al crimen. El propio Juan Pablo no recogió la constancia de mayoría que la autoridad electoral tenía lista desde el cinco de junio. Nadie de su planilla lo hizo.
Terminó junio y Cotija seguía sin gobierno. Primero quedó a cargo el secretario del ayuntamiento. Después reapareció el síndico en las postrimerías del mes, y se encargó del despacho. Encabezó un homenaje que se ofrendó a la alcaldesa asesinada, el 27 de junio, fecha del primer aniversario de la designación oficial de Cotija como Pueblo Mágico, un título que se otorga a municipios con potencial turístico.
Se proyectaron diapositivas con parte de las obras efectuadas por la difunta en su gestión municipal, y se re inauguraron las letras ―denominadas “tótem”― que forman el nombre del municipio, instaladas frente al templo de “Nuestra Señora del Popolo”.
AMENAZA LATENTE
Los miembros del cabildo que quedaron, notificaron a la legislatura michoacana tal situación y le pidieron nombrar a un nuevo alcalde. El 20 de junio, la presidenta de dicho órgano deliberativo, Ivonne Pantoja, había confirmado la notificación oficial y subrayó: “Todavía no hay condiciones para nombrar a nadie”.
Al fin, el lunes primero de julio, en el más completo sigilo, Juan Pablo se presentó ante la autoridad electoral a recoger la constancia de mayoría, informó la dirigencia estatal del PAN, la cual admitió, por lo demás, que había incertidumbre sobre la efectiva toma de posesión del cargo.
Dos días después, la tarde del miércoles 3, una patrulla de la Policía Municipal fue atacada por un grupo armado civil mientras se desplazaba sobre la carretera Cotija – Quitupan. Los cinco tripulantes de la unidad policíaca recibieron una tormenta de proyectiles. La fiscalía estatal recogió, según informó, más de un millar de casquillos percutidos, según informó el Secretario de Seguridad Pública de Michoacán, Juan Carlos Oseguera.
Los policías Osvaldo Baltazar Flores y José Antonio Portillo Gallardo fallecieron en la emboscada. Tres sobrevivieron en condiciones de gravedad. El ataque reforzó la atmósfera de tensión postelectoral. En el palacio municipal de Cotija el movimiento es limitado. Algunas obras continúan, se ve a trabajadores y a empleados. En menor medida a funcionarios y miembros del cabildo, según comentarios en redes digitales.
A manera de tanteo, el ayuntamiento convocó a un certamen para elegir a la reina de las fiestas patrias de Cotija. Pero la dirigencia panista michoacana ha reiterado que prevalece la incertidumbre sobre la toma de posesión del cargo por parte de Juan Pablo, prevista para septiembre.
Y es que en los hechos, parece difícil que, en el corto plazo, el municipio alcance la condición que, irónicamente, completa su nombre: Cotija de la Paz.
@estedavid