La mañana del 20 de mayo, Ximena Guzmán, secretaria particular de la jefa de Gobierno Clara Brugada, y su asesor José Muñoz, fueron asesinados a sangre fría en la colonia Moderna. El gobierno capitalino y autoridades federales prometieron que “no quedará impune” y el Congreso local guardó un minuto de silencio en su memoria.