Actualización de las investigaciones sobre el incendio de Waldo's: entre los hallazgos más relevantes hasta el momento, se ha identificado el uso de documentación apócrifa, así como de un documento en particular que fue utilizado para realizar trámites oficiales y cuyo contenido no coincide con la realidad, informó la Fiscalía.
El modus operandi del CJNG para trasegar a EU el crudo robado en México
Autoridades de EU han detectado que en las instrucciones de pago de transferencias electrónicas, los huachicoleros colocan que son “pagos por aceite usado” u otros “materiales peligrosos”, además de usar domicilios fachada.
Actualización de las investigaciones sobre el incendio de Waldo's: entre los hallazgos más relevantes hasta el momento, se ha identificado el uso de documentación apócrifa, así como de un documento en particular que fue utilizado para realizar trámites oficiales y cuyo contenido no coincide con la realidad, informó la Fiscalía.
Usan camiones cisterna pero con registros falsos de lo que transportan.
EMEEQUIS.– De vender en gasolineras bajo su control y en paradas de combustible ilegales que construía en parajes y a las orillas de las carreteras mexicanas, el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) ideó un mecanismo para contrabandear el crudo que roba de Pemex hacia Estados Unidos.
Trasladan el hidrocarburo en camiones cisterna, pero bajo el registro de material peligroso, para evitar revisiones. La trama implica sobornos y funcionarios corruptos en ambas fronteras, que con el uso de empresas fachada que simulan compras, emiten facturas y dispersan el dinero de regreso a México.
En una investigación en la que participan la Oficina de Control de Activos Extranjeros (OFAC) del Tesoro, la Administración para el Control de Drogas (DEA), la Oficina Federal de Investigaciones (FBI) y la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), la Red para el Control de Delitos Financieros (FinCEN) del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos detectó la operación liderada por el CJNG.
Empresas “de papel” mexicanas y estadounidenses aparentan estar involucradas en la industria del petróleo y el gas natural, así como en la industria del transporte de mercancías, pero lo hacen para recibir los cargamentos que nunca son identificados en el cruce fronterizo como hidrocarburos, hasta que son vendidos en un mercado negro.
Incluso, llegan a compradores legales, sin que éstos sepan que es combustible trasegado, sin regulación, que proviene de tomas clandestinas a ductos o de pipas robadas desde refinerías mexicanas.

De acuerdo con el seguimiento que han realizado por la movilidad criminal del cártel liderado por Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho” –también aliado con otros grupos en entidades del país donde se ubican trenes de refinación–, después de obtener el crudo los huachicoleros lo transportan en tanques de almacenamiento, en territorios controlados por ellos.
Aunque las instancias refieren que principalmente lo consiguen “sobornando a empleados corruptos de Pemex y a funcionarios de gobiernos locales”, también precisan que los cárteles emplean tácticas violentas para perforar ilegalmente oleoductos y robar en refinerías.
Los cargamentos pasan por centros de distribución de la industria mexicana del petróleo y el gas natural, como Veracruz, Altamira y Monterrey, antes de ser contrabandeados a Estados Unidos. El petróleo crudo suele transportarse en camiones cisterna a través de la frontera suroeste de Estados Unidos, etiquetado falsamente como “aceite usado” u otros materiales peligrosos que se relacionan con el proceso de refinación de petróleo y gas natural, para evitar el escrutinio, además de que evaden los impuestos y regulaciones.
Tras cruzar la frontera suroeste de Estados Unidos, el petróleo crudo se entrega en terrenos baldíos equipados con tanques de almacenamiento móviles, operados por empresas estadounidenses bajo el control de intermediarios mexicanos o importadores cómplices en aquel país.
Informes de la OFAC y el FinCEN refieren que antes de ser vendido finalmente en los mercados energéticos estadounidenses e internacionales, los grupos criminales documentan la mercancía como la supuesta importación de aceite usado u otros materiales peligrosos, que parece legítima, porque simulan transacciones reales entre importadores estadounidenses y empresas mexicanas.
También, en ocasiones, ambos han llegado a incluir como destinatarios finales a otras empresas estadounidenses bajo su control, lo cual implica otra capa entre transacciones; es decir, una ruta más de dispersión.
Sin embargo, las indagatorias han constatado que algunos de estos supuestos destinatarios finales están registrados en domicilios residenciales, a pesar de afirmar ser el paradero de compras de aceite usado u otros componentes. Esto significa que han utilizado domicilios, como si fueran supuestos sitios especializados en manejo de materiales, similar a las empresas fachada en México que se instalan en direcciones donde afirman está una empresa o un complejo empresarial especializado, pero no cuenta con activos, personal, operaciones ni espacio para realizar una actividad comercial.

Cuando el petróleo crudo es entregado, los importadores estadounidenses lo facturan y lo venden como West Texas Intermediate (WTI) –en el lenguaje común, WTI suele referirse al contrato de futuros de petróleo crudo WTI que se negocia en la Bolsa Mercantil de Nueva York (NYMEX)– y otros tipos de petróleo crudo, pero con un precio por debajo del valor.
Así, el crudo robado se vende a otras compañías de petróleo y gas natural, al igual que a refinerías en Texas y el resto de Estados Unidos, pero también en Japón, India, África y otras jurisdicciones extranjeras, “la mayoría de las cuales probablemente desconocen el origen ilegítimo del petróleo crudo”, afirma FinCEN, que ha hecho un seguimiento a las operaciones, además de emitir alertas para instancias en su país.
Según estimaciones del Departamento del Tesoro, los importadores estadounidenses pueden obtener más de cinco millones de dólares en ganancias por cada envío de petróleo crudo desde Estados Unidos a jurisdicciones extranjeras, con varios buques cisterna en ruta cada mes.
Cuando se consuma la venta, han detectado que los importadores estadounidenses reciben transferencias electrónicas enrutadas a través de múltiples cuentas y a distintas jurisdicciones. Además, hay una dispersión entre la cadena de venta ilegal hasta llegar a empresas asentadas tanto en Estados Unidos como en México que sirven para la intermediación, así como firmas fantasma, las cuales, a su vez, envían el dinero al CJNG y su red de aliados.
Como parte del esquema fraudulento, en las instrucciones de pago de estas transferencias electrónicas, los huachicoleros colocan que son “pagos por aceite usado” u otros “materiales peligrosos”; sin embargo, las instancias detectaron que, según su actividad transaccional, perfil de cliente y actividad en línea, los importadores estadounidenses no parecen dedicarse al procesamiento de esos productos.
Con base en las investigaciones, el contrabando es liderado por el Cártel Jalisco Nueva Generación, que se auxilia de otras organizaciones criminales en México, y el crudo lo obtienen de perforaciones ilegales a los ductos de Pemex, del robo en refinerías y del secuestro de camiones cisterna.
Según las autoridades, sus importadores estadounidenses cómplices a menudo realizan operaciones comerciales legítimas a lo largo de la frontera suroeste de Estados Unidos, desde el Valle Bajo del Río Grande, en Texas; la Cuenca de Eagle Ford en el sur de Texas; la Cuenca Pérmica en el oeste de Texas, y el sureste de Nuevo México, así como en las áreas de Houston y Dallas, aunque también lo hacen a lo largo de otros estados americanos donde hay movilidad comercial de gas y petróleo crudo. Por esa “legalidad” en ciertas operaciones, sus actividades parecían no estar asociadas al índole delictivo, hasta el descubrimiento de este modus operandi.
“En los últimos años, el robo de combustible en México, incluido el contrabando de petróleo crudo, se ha convertido en la principal fuente de ingresos ilícitos no relacionados con el narcotráfico para los cárteles, lo que les permite sostener sus empresas criminales globales y sus operaciones de narcotráfico”, dice una serie de informes del FinCEN respecto al trasiego de combustibles, en el cual cita datos de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés), la OFAC y el Departamento del Tesoro.
Alineado con la narrativa del presidente Donald Trump, presentan a los cárteles mexicanos como los responsables de la crisis de drogas en su país, aunque, en este caso, reconocen también la corrupción de una parte de sus connacionales y empresas para hacer posible el trasiego de crudo.
Esos intermediarios cómplices, añade, son pequeñas empresas estadounidenses de petróleo y gas natural que operan cerca de la frontera entre ambos países. Asimismo, acusa que mediante estas maniobras, “los cárteles roban miles de millones de dólares” que subsidian otras actividades delictivas, además de que están asociadas con la corrupción en los dos lados de la frontera y la violencia en los sitios donde se roba el hidrocarburo.
ASESINATO RELACIONADO A HUACHICOL
Al respecto, el pasado 5 de agosto, la Fiscalía General de la República (FGR) relacionó el asesinato de su delegado en Tamaulipas, Ernesto Vásquez Reyna, ocurrido un día antes, con el decomiso de más de un millón 800 mil litros de gasolina y otros combustibles realizado a finales de julio en la entidad.
“Los primeros datos señalan que la violencia inusitada y la brutalidad del delito cometido, indican una sólida probabilidad de que este hecho provenga de la delincuencia organizada”.
@axelchl

