EMEEQUIS.- La explosión del coche bomba en Coahuayana dejó más que cifras oficiales. Varios comerciantes alrededor de la zona donde explotó el coche bomba perdieron su patrimonio y ahora sus familiares y empleados sufren las consecuencias, mientras las autoridades se echan la bolita.
“Perdí mi negocio y mi casa… la pared detuvo un poco el golpe, pero todo estalló. Es pérdida total, años de trabajo”, relata una de las víctimas. La mujercuenta cómo su hijo se salvó gracias a su empleada.
“Mi niño estaba cerca de donde despachamos las aguas frescas… Alexa cayó encima de él y lo protegió. Ella tiene una lámina incrustada en la cadera, la van a operar. Mi bebé salió con pringuitas, pero estaba traumado, no lloraba… solo veía todo espantado”.
Sin embargo, lo peor lo vio su hija: “Cuando la saqué, vio órganos, vio manos… hombres tirados pidiendo ayuda porque todavía no morían. Es un trauma muy grande”.
Un panadero, aunque afortunadamente logró cerrar el gas y evitar una explosión, perdió su patrimonio. Aunque las autoridades afirman que lo apoyarán al cien por ciento, ahora no tiene nada:
“Acababa de hacer el pan, prendí el horno para empezar a trabajar y reaccioné a cerrar el tanque de gas… dije ‘va a explotar esto’ y cerré el gas; gracias a Dios no explotó”, narró
El señor explicó que perdió las máquinas con las que trabajaba, valuadas en más de 20 mil pesos cada una. Sin embargo, mientras las víctimas reconstruyen su vida entre ruinas, en el gobierno se reconstruye otra cosa: la narrativa.
MONREAL TAMBIÉN SE ALINEA
Este lunes, el senador Ricardo Monreal siguió la misma línea que marcó el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y la presidenta Claudia Sheinbaum: no definió si lo ocurrido fue terrorismo.
“Yo no puedo clasificar si se trató de terrorismo o crimen organizado”, dijo en conferencia de prensa, pese a que la FGR primero catalogó el ataque como terrorismo y luego lo reclasificó sin explicación.
Monreal también dedicó varios minutos a rechazar que Estados Unidos pueda tener injerencia en México tras el ataque: “No podemos admitir ninguna intervención del gobierno de Estados Unidos en México… es inadmisible, no hay forma de que intervenga en nuestros asuntos internos”.
Colaboración sí, intervención no, insiste. Aunque la discusión ni siquiera venía de Washington, sino de voces de la oposición en México.
BEDOLLA SE LAVA LAS MANOS
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, también se alineó, fue claro en su conferencia semanal: él no emitirá juicios. “El fiscal me informó… la FGR atrajo el caso por el uso de explosivos. Será la FGR quien dé los avances”.
Recalcó la cifra oficial, cinco muertos, siete lesionados, y aseguró que la reacción fue inmediata: siete helicópteros, Ejército, Guardia Nacional y autoridades estatales.
“Es especulación. Lo demás es especulación. Será la FGR quien dé los avances”, mencionó cuando se insinuó que el ataque era una respuesta al Plan Michoacán.
SHEINBAUM TAMBIÉN SEÑALA A GODOY
Horas antes, en la mañanera, Claudia Sheinbaum fue cuestionada sobre el cambio repentino de clasificación del delito: de terrorismo a delincuencia organizada. Respondió exactamente igual que Bedolla: “Fue la fiscalía, tiene que explicar la fiscalía también”.
Pidió “no especular” y afirmó que la correcta tipificación requiere conocer las causas exactas, el modo y a los responsables. El Gabinete de Seguridad dará más información este martes.Pero la explicación central —¿por qué cambió la FGR su criterio?— sigue en el aire.
DAR CUENTAS EN MENOS DE UNA SEMANA
Ernestina Godoy apenas asumió la Fiscalía General de la República y ya enfrenta su primer conflicto público. Primero la FGR anunció que investigaría el estallido como terrorismo. Horas después, rectificó: delincuencia organizada.
No hubo explicación técnica, jurídica ni de evidencias que motivaran el cambio.
Solo silencio.
Ahora Sheinbaum y Bedolla señalan directamente a la fiscal: ella tendrá que explicar qué ocurrió, cómo se clasificará el delito y cuál será la narrativa oficial.
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